Vivir sin Apegos

 

“Si amas una flor, no la recojas. Porque si lo haces morirá y dejará de ser lo

que amas. Entonces si amas una flor, déjala ser. El amor no se trata de

posesión. El amor se trata de apreciación”. Osho


La gente comúnmente piensa que el odio es el opuesto al amor. Es absolutamente incorrecto. El opuesto del amor es el miedo. Quien no ha sentido celos en algún momento de la vida, o el miedo de perder alguien o algo. Cuando eso sucede estamos del lado del apego. el principal motivo de sufrimiento de la humanidad,

Las personas necesitamos establecer vínculos de amor, respeto y protección hacia aquellos que amamos. No hay nada tan necesario y a la vez reconfortante. No obstante, también hemos de tener claro que estas relaciones de apego deben ser saludables y, a su vez, ofrecernos cierto espacio personal, cierta autonomía.

Un ejemplo de caos de apego, son los padres sobreprotectores, los cuales indirectamente fomentan el apego hacia la figura maternal o paterna. Esto no le permitirá madurar con una autoestima saludable y enfrentará la vida con miedos. Serán adultos inseguros y con falta de autonomía.

Cuando entablen relaciones afectivas, desarrollaran un apego ciego y desmedido hacia la pareja.

Dejaran de ser ellos para cumplir el deseo de los demás, serán dependientes y crearan relaciones tóxicas.

Podemos decir que el apego es como una prisión para muchas personas en su mundo y en las relaciones que entablen. Convirtiendo un deseo hacia una persona querida o alguna cosa en una necesidad, algo vital para su supervivencia. Expresando en ocasiones, “sin ti no puedo vivir” “Todo fluye. Todo está en movimiento y nada dura eternamente. Por eso no podemos descender dos veces al mismo río, pues cuando desciendo al río por segunda vez, ni yo ni el río somos los mismos…”

El apego puede ocasionar que la persona se sienta, infeliz, que acepte vivir en una situación de sometimiento, degradación, tristeza, depresión, sensación de soledad, estrés, baja autoestima, poca auto-valoración, cansancio, indefensión, incapacidad, anulación de su personalidad, etc.

Cuando su vida se torna insegura y gira en torno al poseer, las circunstancias como una separación de ese ser querido, ya sea por muerte, por cambio de residencia temporal, por viaje, etc.; lo puede percibir como casi imposible de superar. Esto puede producir en la persona un estancamiento en el ritmo de su vida cotidiano y puede ocasionar un trauma para toda la vida.

La persona no se percata de la pérdida de su dignidad, la falta de respeto, su auto valía, sus valores más esenciales. No disfrutan de su libertad, y dependen de otros para moverse en la vida. No viven su vida en tranquilidad, ya que el apego es miedo a perder aquello que se desea.

Te das cuenta de que estás cayendo en eso cuando no puedes controlarlo y empiezas a ver que te hace mucha falta; cuando la necesidad se convierte en algo imprescindible y no eres capaz de decir: si lo tengo bien, y si no, también.

Debes comenzar a transformar la expresión de te necesito por la de té prefiero. Cuando tienes una necesidad, tú no eliges, lo que elige es el impulso. El no entenderlo, ocasiona con el tiempo cambios abruptos en el humor; la persona se torna irritable porque no está el objeto o la persona apegada.


Que hacer para trabajar el desapego

• Aprende a ser autónomo, creando seguridad en ti mismo.

• Disponer de Buena autoestima.

• No le tengas miedo a la soledad.

• Vive en libertad y respeta la libertad de los demás.

• Comienza a vivir el presente

Recuerda, Las perdidas forman parte de la vida del ser humano, No te aferres.

Que No Te De Ansiedad Las Resoluciones de Año Nuevo

Recordemos que la ansiedad es un cumulo de varias sensaciones a raíz de activaciones fisiológicas de supervivencia. Se puede activar a raíz de sentimientos, pensamientos o algún evento percibido como peligroso, o nos vamos en pensamientos enfocados en el futuro.

Sabiendo esto, ¿Por qué nos puede causar ansiedad tan solo pensar en el nuevo año? o tan solo pensar en las Resoluciones para el nuevo año.

La ansiedad de nuevo año puede estar ocasionada por:

  • Expectativas del futuro

Hay personas que tan solo pensar en 365 días del año, la creación de metas y propósitos los hace caer en desesperación o frustración. Esto ocurre ya que estamos observando en macro un cumulo de posibilidades, tendemos a comparar lo que pudimos o no alcanzar en el pasado, haciendo que nos cuestionemos si podemos lograrlo en el nuevo año que está por comenzar.

Él está enfocado en el futuro en crear propósitos en relación al peso corporal, asuntos laborales o de pareja, provoca pensamientos que pueden ocasionar sensaciones físicas que activen tu ansiedad.

No significa que el futuro sea malo o bueno, pero sí es generador de ansiedad porque cuando vivimos en éste nos evita concentrarnos en el momento presente y nos mantiene generando planes cargados de expectativas, deseos, preocupaciones y apegos.

  • Miedo al fracaso

Probablemente vienes arrastrando propósitos del año pasado y esos pensamientos te causan desmotivación o desespero.  Recuerda somos humanos, fallar es parte de la vida, nos ayuda a crecer y a tomar mejores decisiones.  No lo veas como un fracaso, úsalo como una experiencia de aprendizaje.

  • Pensamientos Negativos

Nuestros pensamientos nos traicionan y nos llevan por el camino de la autocrítica y el juicio.

“No eres lo suficientemente bueno”, “No eres como las demás personas”, “Debes de cambiar”.  Y por lo tanto nos urgen a hacer un cambio de forma total, perfeccionista y sin tolerancia a las fallas.  Nos damos cuenta de esto porque al primer desliz nos llenamos de frases como: “Viste, no puedes hacer nada bien”, “No tienes fuerza de voluntad”, “Nunca vas a lograr tus metas”.

Por último, Recuerda, crea tus propósitos de año nuevo, proponte metas sobre el futuro. Sin embargo, no debes olvidar el estar conectado con el momento presente. Suelta las expectativas planear algo necesita desde unos minutos a unas horas, pero una vez hecho el plan, no hace falta que lo revivamos a cada minuto en nuestra mente. Suelta el futuro y enfócate en el presente.

Las metas futuras no tienen por qué representar una amenaza, si los pensamientos son correctos, no nos tenderemos la trampa del perfeccionismo y el castigo (que casi siempre van a la mano). Proponte metas realistas, y acordes a nuestros valores.

Aprenderemos que lo importante no es llegar a una meta específica, si no estar en el camino correcto.

No le des crédito a los pensamientos negativos, sabes a donde quieren llevarte. En vez de eso enfócate a realizar cada acción desde tu mejor esfuerzo.

El nerviosismo y el malestar pueden aparecer, sin embargo, observemos estos desde el presente. Entendamos de donde vienen. Actuemos de una manera que nos sea útil para el futuro.

Por. Y. Brito/ Psicologa

Psiconatural

Psychological Services & Wellness Therapy

Anxiety Specialists

(787)380-5721

psiconaturalpr@gmail.com

 

 

 

 

 

Glosofobia (Miedo hablar en publico)

El término glosofobia proviene de la unión de los términos de origen griego “glossa” que se traduce como “lengua” y “fobos” que corresponde a “miedo”.

Trastorno de ansiedad específico en el que la persona experimenta temor ante la acción de hablar en público.

A pesar de que, en muchos casos, la glosofobia forma parte de una fobia social mucho más amplia, no siempre tiene porqué ser así. Además, existen diferencias esenciales entre estos dos tipos de fobia específica.

A diferencia de la fobia social, por la cual la persona manifiesta un temor excesivo a prácticamente cualquier tipo de socialización, la glosofobia es una fobia situacional que solamente se da ante el contexto específico de tener que hablar ante un público, aunque este sea conocido o de pequeño tamaño.

 

Algunos síntomas son:

  • Ansiedad intensa, o simplemente la idea de tener que comunicarse verbalmente con cualquier grupo
  • Evitar eventos donde las personas asistentes centren su atención sobre esta persona
  • Físicos, náuseas, o sensación de pánico en estas circunstancias. Usualmente el miedo a hablar en público proviene 
  • El temor a quedarse en blanco.
  • La creencia de que las personas que te escuchan pensarán que eres tonto o no eres suficientemente capaz.
  • El miedo a ponerse nervioso de forma que el discurso sea ininteligible y falto de lógica.
  • El miedo a cometer errores.
  • El pánico ante la respuesta de la audiencia que se sustenta en la idea de que ésta no aceptará lo que estamos transmitiendo.

Recomendaciones

  • Siéntase orgulloso de la preparación que ha hecho.

  • Practicar
  • Recanalizar el estrés, que no nos invada la sensación de estrés si no que la usemos para que nos vuelva más despiertos y agudos.
  • Controle la voz: Los ejercicios de respiración le ayudarán.
  • Conozca el entorno

  • Haga una visualización mental de su exposición o discurso en el lugar de la presentación.

 

 

Dependencia Psicológica

En ocasiones nos preguntamos,

¿Por qué continuamos en relaciones disfuncionales? O ¿Porque permitimos ciertos tratos?,

incluso algunas adicciones.

Existen personas que suelen ser dependientes y suelen acoplarse rápidamente aquellas personas o situaciones o cosas que le despierten el sentido de seguridad   y protección. Les produce miedo el pensar que puedan perder soporte psicológico y esa protección. Esto ocasiona que se entreguen de manera irracional y permitan situaciones de riesgo. De ahí parte esa persistencia en relaciones disfuncionales o el uso de drogas.

Entre los factores que ocasionan esta dependencia psicológica se encuentran:

 

  • Percepción de incompetencia
  • Baja autoestima

Esa idea de no ser capaz de enfrentar la vida con éxito.

Los pensamientos negativos hacia sí mismo se vuelven constantes;

“No sirvo”, “Soy Débil”, “No puedo”

 

Llegando la persona a concluir irracionalmente que necesita de alguien más fuerte que pueda ayudarlo (a) y le brinde ese soporto y protección.

Consejos para trabajar la dependencia psicológica:

Reconoce que hay un problema y tienes que iniciar un proceso contigo mismo (a).
  • Refuerza tu autoestima
  • Identifica las relaciones toxicas
  • Aprende a decir que “NO”
  • Refuerza tu valentía
  • Busca grupos de apoyo
  • Aprende amar de forma saludable
  • Busca ayuda profesional

 

Flexibilidad Emocional

Date permiso  para equivocarte, enfadarte, y llorar. También para sentir rabia y enojo, para perdonarnos, sanarnos, recuperarnos y ser felices.La flexibilidad emocional se refiere a nuestra capacidad de adaptarnos, ajustarnos creativamente, a los cambios y a situaciones inesperadas.

“Si decides ser flexible, te quitarás un enorme peso de encima al ver que nada está predeterminado y que puedes ser el último juez de tu propia conducta.”

Walter Riso.

 

Las personas que son muy rígidas, es decir, poco flexibles, generalmente buscan tener todo bajo control, al no lograrlo surge la frustración, la ansiedad y la depresión.

La flexibilidad emocional nos provee de una gran herramienta para no quedar atrapados en una emoción.

El ser flexibles en nuestra vida nos puede ayudar a equilibrar nuestras emociones y vivir nuestro presente a plenitud. También nos ayuda a bajar el nivel de exigencia, ya que, si lo llevamos al extremo, puede ser perjudicial. Ser más flexible, no quiere decir que perdamos calidad en nuestras acciones. Simplemente nos permitirá ser más eficaces, ya que si estamos todo el día controlando las cosas que nos rodean, es algo agotador, física y mentalmente, y es donde pueden venir los problemas.

Es una característica que nos ayuda a ajustarnos más fácilmente a las nuevas circunstancias, retos y situaciones cuando surgen. Ya sea comenzar en un trabajo nuevo, tomar una clase nueva o casarnos, ser cognoscitivamente flexible nos ayuda a crecer y a llevarnos mejor con los demás.

Algunos de los beneficios de fomentar nuestra flexibilidad emocional son:  

– Logra un equilibrio dinámico emocional ante los cambios

-Significativa detección del stress antes de que se instale.

– Mejor equipamiento para gestionar las incertidumbres.

– Aumenta el autoconocimiento.

– Escucha activa.

 

 

 

Conecta Contigo Mismo

Llevamos un estilo de vida acelerado, todo lo realizamos en un estado de desconexión, en ocasiones no sabemos como llegamos a un lugar o que cantidad de alimento hemos consumido. Esto ocasiona un deterioro en nuestra salud física y mental, y es evidenciado en los casos actuales de ansiedad y estrés elevado.

El cuidado de nuestra salud mental requiere de esfuerzo y dedicación, un reencuentro con nosotros mismos, compasión, amor, escuchar nuestro cuerpo, conectándonos con el.

El conocer nuestras emociones y como reaccionamos ante los eventos, el ser mas conscientes de nuestra existencia y de todo aquello que nos rodea.

Tienes que permitirle se a esa emoción, ya sea miedo, ira, tristeza, son parte de ti y te están conectando contigo mismo.

Para lograr esa conexión y equilibrio debes iniciar esa gestión de permitirte sentir de conocer la emoción, de nombrarla sin temor, hazle espacio a lo que sientes. Permite estar triste, ansioso, enojado, observa la emoción sin juicio.

Sigue estas recomendaciones:

  • Practicar a diario  unos minutos de meditación, permanece mindfulness, conectado con el momento presente. Observa tus pensamientos y emociones, sin juicios, sin resistencia.
  • Escucha tus emociones, en algunos casos, se remonta a situaciones del pasado inconclusas, es decir, aquellas que siguen provocando sufrimiento a día de hoy ya que en su momento no las cerraste de manera adecuada. Otras emociones se deben a carencias afectivas de la infancia. 
  • Silencio, Sin ruido, sin música. Escucha sólo el silencio o los ruidos cotidianos, sin nada que interfiera.
  • Contacto con la naturaleza, al menos un par de veces al mes. Pasea en contacto con la energía natural. Abraza un árbol, camina descalzo/a por la playa, escucha el sonido del agua, deja que el sol te bañe.
  • Genera energía positiva Lee un buen libro,  Desconecta de la televisión, del móvil. Elige una novela que te haga soñar o un libro que te haga reflexionar.
  •  Escribir es terapéutico en si mismo. A modo diario o de manera reflexiva o poética. Es una manera de poder tomar distancia con los pensamiento o emociones, de aclarar ideas y de vomitar todo aquello que te oprime. 9.
  • Dibujar y colorear ayuda a aquieta tu mente, es excelente para desconectarnos y enfocarnos en el momento presente. 

Ámate
Medita
Piensa de manera positiva
Cuida tu cuerpo
Trabaja tus fortalezas y debilidades

 

Depresión En Los Adolescentes

Durante la adolescencia están presentes una series de presiones, cambios de la pubertad y sueles aparecer cuestionamientos sobre quiénes son y dónde encajan. Con toda esta confusión e incertidumbre, no siempre es fácil diferenciar entre la depresión y los dolores de crecimiento normales de la adolescencia. Pero la depresión del adolescente va más allá del mal humor. Es un serio problema de salud que afecta todos los aspectos de la vida de un adolescente. Afortunadamente, es tratable y los padres pueden ayudar. Su apoyo ayudara a su adolescente a salir de la depresión y volver a la normalidad.

Su hijo adolescente está en mayor riesgo de depresión si:

  • Los trastornos del estado de ánimo se dan en su familia.
  • Experimenta una situación estresante en su vida como una muerte en la familia, divorcio de los padres, intimidación, ruptura con un novio o una novia, o mal rendimiento en la escuela.
  • Tiene baja autoestima y es muy crítico de sí mismo.
  • Se trata de una niña. Las adolescentes tienen el doble de posibilidades de sufrir depresión que los varones.
  • Tiene problemas para socializar.
  • Presenta trastornos de aprendizaje.
  • Tiene una enfermedad crónica.
  • Tiene problemas familiares o problemas con sus padres.

¿Cuáles son los sintomas?

Presta atención a cambios emocionales, como:

  • Sentimientos de tristeza, entre ellos, accesos de llanto sin motivo aparente
  • Sentirse desesperanzado o vacío
  • Irritabilidad o enojo
  • Frustración o ira, incluso por cuestiones menores
  • Falta de interés o placer en las actividades normales
  • Falta de interés en las relaciones con familiares o amigos o conflictos con esas personas
  • Baja autoestima
  • Sentimientos de culpa o desprecio por sí mismo
  • Fijación en errores pasados o sentimientos exagerados de culpa o autocrítica
  • Sensibilidad extrema al rechazo o al fracaso, y necesidad de constantes muestras de amor y apoyo por parte de los demás
  • Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas
  • Sensación permanente de que la vida y el futuro son deprimentes y desalentadores
  • Ideas frecuentes sobre la muerte, el morir o el suicidio

Presta atención a cambios en el comportamiento, como:

  • Cansancio y falta de energía
  • Insomnio o dormir demasiado
  • Cambios en los hábitos alimenticios: falta de apetito y adelgazamiento, o más antojos de comida y aumento de peso
  • Consumo de alcohol o drogas
  • Agitación o inquietud: por ejemplo, caminar de un lado a otro, retorcerse las manos o ser incapaz de quedarse quieto
  • Lentitud para razonar, hablar y hacer movimientos corporales
  • Quejas frecuentes de dolores de cabeza y malestares sin causa aparente, que pueden incluir visitas frecuentes a la enfermería de la escuela
  • Aislamiento social
  • Desempeño escolar deficiente o faltas de asistencia frecuentes
  • Aspecto descuidado
  • Estallidos de ira, comportamiento problemático o riesgoso, u otras manifestaciones de mala conducta
  • Autolesiones: por ejemplo, cortes, quemaduras, perforaciones o tatuajes excesivos
  • Planes o intentos de suicidio

Me Amo y Acepto

Amar  nuestro cuerpo tal cual es, sin necesidad de compararlo con los modelos impuestos es un buen comienzo. Quiere cada centímetro de tu cuerpo.

Aceptarnos y arrojar todo nuestro repertorio de “deberías”, siendo tan sólo, nosotros mismos, dejando así nuestra propia firma.

Aceptar y expresar de manera adecuada nuestras emociones es fundamental para llevar una vida sana.

Conocer y aprender a usar nuestra mente constituye una herramienta valiosa para nuestro crecimiento personal y social.

Puede que en algún momento llegarás a olvidar que el amor de tu vida eras tú, porque le diste más importancia  a otras personas.  Podría ser que nunca lo supieras porque creciste con inseguridad, y nunca te enseñaro  amarte como persona.

Siempre llega un momento en que necesitamos desprendernos de cosas, de personas, de situaciones, dejar los apegos. Algunos lo llamarán egoísmo, pero yo lo llamo amor propio.

El amor propio no se enseña en las escuelas, en realidad, es un aspecto que todos  vamos descubriendo poco a poco, como quien encuentra un arma de poder de la que nadie le había hablado antes.

 ¿Por qué suele ocurrir esto?

  • En nuestra sociedad nos educan y nos trasmiten el necesario valor de amar y respetar a los demás, lo cual es, sin duda, algo esencial. No obstante, no es común que nos inculquen la necesidad de querernos a nosotros mismos.
  • El amor propio, el pensar simplemente que yo soy el amor de mi vida, no es un acto de egoísmo. No desde el momento en que esta dimensión está enfocada a construir y proteger nuestra autoestima.
  • El amor propio es un sentimiento que no debe avergonzarnos. Se trata no sólo de una herramienta para el bienestar interno, es  mantener un equilibrio con el cual, empatizar y respetar también a los demás. yo

Busca tu   equilibrio para ser felices, y poder ofrecer bienestar a quienes amamos. 

  • Mantén un dialogo interno: analiza qué aspectos y situaciones cotidianas vulneran tu autoestima, y te alejan de quien eres en realidad. Tal vez debas dejar determinadas cosas, e incluso algunas relaciones puntuales.
  • Empatiza contigo mismo: Así como Comprendes la situación de los demás, su dolor, sus necesidades…

¿Y las tuyas? ¿Qué te dirías a ti mismo si estuvieras ante ti?

Eres auténtico, único e irrepetible.

Es una realidad que debes empezar a creer desde hoy mismo.

Dispones de virtudes, características y de una esencia que te hacen único en este mundo, y por tanto, importante.

¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo?

Obsesiones

Son pensamientos perturbadores e irracionales — ideas o impulsos no deseados que se generan repetidamente en la mente de la persona. Una y otra vez aparecen pensamientos molestos, por ejemplo «Mis manos están contaminadas; me las tengo que lavar»; «Creo que dejé la estufa encendida»; «Voy a lastimar a mi hijo.» En cierto nivel, la persona sabe que estos pensamientos obsesivos son irracionales, pero en otro nivel teme que los pensamientos sean verdaderos y tratar de evitar esas ideas crea muchísima ansiedad.

Compulsiones

Son rituales repetitivos como lavarse las manos, contar, revisar, acumular o arreglar cosas. La persona repite estas acciones, quizá porque siente un alivio pasajero, pero no se siente satisfecha ni tiene la convicción de que ha concluido la acción. Las personas que sufren del trastorno obsesivocompulsivo sienten que deben realizar estos rituales o algo malo va a pasar.

¿Quién sufren el trastorno obsesivo compulsivo?

 

Todo tipo de personas puede sufrir de este trastorno sin importar su grupo social o étnico, o si es hombre o mujer. Por lo general, los síntomas comienzan durante la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta.

Síntomas

El trastorno obsesivo-compulsivo en general incluye obsesiones y compulsiones. Sin embargo, también es posible tener solo síntomas de obsesión o solo síntomas de compulsión. Puedes darte cuenta o no de que tus obsesiones y compulsiones son excesivas o no razonables, pero te consumen muchísimo tiempo e interfieren en tu rutina diaria y en tus actividades sociales o laborales.

A menudo, las obsesiones tratan sobre distintos temas, por ejemplo:

  • Temor a la contaminación o a la suciedad
  • Necesitar que las cosas estén ordenadas simétricamente
  • Pensamientos agresivos u horrendos sobre lastimarte o lastimar a otros
  • Pensamientos indeseados, por ejemplo, agresivos, o sujetos religiosos o sexuales

Los signos y síntomas de la obsesión incluyen lo siguiente:

  • Temor a contaminarse por tocar objetos que han tocado otros
  • Dudas sobre si se puso llave a la puerta o si se apagó la estufa
  • Estrés intenso cuando los objetos no están ordenados u orientados de una determinada manera
  • Imágenes indeseadas e incómodas en las que te lastimas o que lastimas a otros
  • Pensamientos sobre gritar obscenidades o actuar de manera inadecuada, los cuales son indeseados y te incomodan
  • Evasión de situaciones que pueden desencadenar obsesiones, como dar la mano
  • Angustia acera de imágenes sexuales desagradables que se repiten en la mente

Cuándo consultar con el médico

Hay una diferencia entre ser perfeccionista (por ejemplo, alguien que exige resultados o desempeño sin errores) y tener TOC. Los pensamientos que genera el TOC no son simplemente preocupaciones excesivas sobre problemas reales de la vida ni preferir tener las cosas limpias u ordenadas de una manera específica.

Si tus obsesiones y compulsiones afectan tu calidad de vida, consulta con el médico o a un profesional en salud mental.

  1. Por. Y. Brito/ Psicologa

    Psiconatural

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    psiconaturalpr@gmail.com

Adicciones Una Estrategia Para Evitar Lo Que Sentimos

Cuando se vive con ciertos niveles de ansiedad se buscan diferentes maneras para no sentir esto desagradable, muchas persones para evitar y huir de ella recurren a uso desmedido de alcohol, sustancias controladas, sexo, todo lo que puedes hacer compulsivamente, en exceso que te distraiga, incluso las redes sociales. Como Sociedad vivimos huyendo de lo que sentimos, nos refugiamos en series de televisión, abrir el Facebook cada 5 minutos.

La adicción es como una herramienta para lidiar con la ansiedad, como el uso excesivo de la nicotina, por eso cuando se habla de trabajar con la ansiedad, hay que auscultar esa parte emocional, descubrir la verdadera razón del uso desmedido, que la persona sepa qué hacer con la ansiedad. Muchas veces nos enfocamos en erradicar la adicción, pero que hacemos cuando regresa o permea la ansiedad. En ocasiones la persona sustituye una adicción por otra, por ejemplo, comer sin control, comprar o trabajar.

Evitamos por todos los medios sentir, conectarnos con nuestras emociones, llorar desahogarnos, pensamos que las adiciones te hacen sentir en control, pero es una ilusión, porque te alegan de lo que necesitas sanar, se sentir, de encontrarte contigo mismo.

También la ansiedad puede hacer aparición en los momentos de abstinencia, puede ser desde un día después de haber consumido o bien cuando dejas de consumir después de mucho tiempo. Lógicamente tu cuerpo pasa por un proceso de readaptación, de cambios internos, suelen ser incomodos, y quizás la persona no está acostumbrada a ellos y aparece la ansiedad. De hecho, se ha descrito un trastorno de ansiedad que considera que la misma puede estar inducida por sustancias (o, dicho de otro modo, ser consecuencia de su uso frecuente y excesivo). En el trastorno de ansiedad inducido por sustancias, los síntomas de ansiedad están asociados al consumo, abuso o dependencia de una droga (cafeína, nicotina, alcohol, cannabis, cocaína, heroína, éxtasis, etc.). Los consumidores habituales de drogas presentan niveles de ansiedad más altos que los no consumidores, incluso después de haber abandonado el consumo (incluso periodos superiores a los seis meses).

A veces, en otras situaciones incluso todavía más cotidianas, como, por ejemplo, cuando una persona intenta dormir, trabajar, o estudiar, surge también la ansiedad. Algunas personas    experimentan fuertes reacciones de ansiedad en su vida cotidiana e intentan reducir su malestar tomando algún tranquilizante o ansiolítico. Muchas personas llegan a convertirse en grandes adictos de estas drogas legales.

La ansiedad suele hacer aparición en momento de poca tolerancia y frustración, cuando no sucede lo que quieres. Así que la ansiedad puede aparecer antes o después de las adicciones, y en ocasiones es motivo de recaídas, y también el hecho de que en el proceso de abstinencia es fácil recaer porque realmente el cuerpo lo está pidiendo, quizás porque sucedió algo en proceso que no pudiste tolerar, alguna tristeza, molestia o la ansiedad. No es que no puedas vivir sin consumir, si no que no sabes cómo lidiar con tus emociones.

Lipschitz (1988) llega a afirmar que las causas más frecuentes de ansiedad son la intoxicación por drogas y los síndromes de abstinencia. Este autor revisa un gran número de estudios sobre relaciones entre diversas drogas (cafeína, marihuana, nicotina, neurolépticos, alcohol, tranquilizantes, heroína y metadona) con la ansiedad. Las conclusiones más importantes a las que llega son las siguientes:

  • La cafeína generalmente causa o exacerba la ansiedad. La abstinencia suele producir dolores de cabeza y adormecimiento. En personas que padecen trastornos de ansiedad puede aumentar considerablemente su sintomatología.
  • La marihuana generalmente produce ansiedad. La intoxicación aumenta los síntomas de per- sonas con trastornos previos de ansiedad. Su efecto no se limita a personas novatas en el consumo de esta droga, sino que se han observado ataques de pánico repentinos en consumidores habituales. Estos ataques de pánico son más frecuentes en personas que padecen este tipo de trastorno, o si la marihuana se ingiere.
  • La ansiedad puede también producirse por intoxicación con nicotina de tabaco o de otras fuentes. Esta ansiedad es usualmente de duración breve, ya que la nicotina es eliminada rápidamente
  • La abstinencia de diversos tipos de drogas puede producir ansiedad. Quizás el caso más común es el del alcohol, pero también sucede con tranquilizantes menores o el tabaco. En general, el comienzo y la duración del síndrome de abstinencia varía de unos tranquilizantes a otros, dependiendo del tiempo que dura su efecto.
  • La ansiedad es también un síntoma común de la abstinencia de los narcóticos. Aquí, también, la demora de los síntomas depende de la duración de la acción del narcótico.

El síndrome de abstinencia de la heroína puede ocurrir después de unas horas desde la última dosis, mientras que los síntomas del síndrome de abstinencia de la metadona pueden retrasarse varios días.

El abuso de sustancias tóxicas susceptibles de adicción a la larga produce tres fenómenos característicos: 1) tolerancia, es decir la necesidad de aumentar progresivamente la dosis para producir los mismos efectos; 2) dependencia psíquica, o habituación; y 3) dependencia física, que se refiere a la aparición de síntomas físicos (síndrome de

El síndrome de abstinencia

Incluye una serie de síntomas físicos característicos de la alta activación fisiológica, propia de los estados de ansie- dad. Otros síntomas son igualmente desagradables e incluso dolorosos. Por ello, el adicto teme al síndrome de abstinencia. Probablemente, este temor hace aumentar, a su vez, los síntomas de activación fisiológica.

El síndrome de deprivación alcohólica varía desde una sintomatología ansiosa (temblores, alteraciones del sueño, etc.) hasta reacciones más severas, tales como convulsiones o el delirium tremens. En los alcohólicos la abstinencia del consumo de alcohol suele producir ansiedad, temblores, insomnio, náuseas, vómitos, anorexia, sudoración, etc., es decir, alta activación adrenérgica. Estos síntomas se incrementan cuando hay algún tipo de estrés emocional adicional, o cuando hay un pobre control de la ansiedad y el miedo que producen estos mismos síntomas. Las alucinaciones y el delirium tremens, cuando se producen, suponen también trastornos perceptivos e ilusiones, además de una activación autonómica exacerbada.

El síndrome de abstinencia de las benzodiazepinas incluye síntomas tales como ansiedad, náuseas, cefalea, alteraciones de la percepción, incapacidad para conciliar el sueño, e incluso con- vulsiones generalizadas, o delirio. La supresión en el consumo habitual de la cocaína suele producir insomnio, aumento de la actividad motora e incluso ideas suicidas, pudiendo aparecer también delirio. Los opiáceos presentan un cuadro de absti- nencia que puede incluir insomnio, agitación, piloerección, contracturas, calambres, dolor muscular, dolor abdominal, taquicardia, hipertensión, fiebre, hiperventilación, anorexia, náuseas, agitación, diarrea, vómitos, etc.

Se han encontrado diferentes variables a tener en cuenta a la hora de seleccionar el tratamiento concordante (tipo de paciente y tipo de tratamiento), una de las encontradas es la ansiedad, como variable relacionada con el consumo (de alcohol o tabaco) para reducir el malestar subjetivo y la activación fisiológica. Los sujetos que consumen con estos fines necesitan en su tratamiento técnicas de reducción de ansiedad. Esto es especialmente indicado a la hora de programar la prevención de recaídas. A la hora de decidir qué técnicas de reducción de ansiedad se deben aplicar, primero hay que hacer una evaluación individual que incluya las manifestaciones de la ansiedad en los tres sistemas de respuesta y ante diferentes situaciones, para después aplicar los principios del punto anterior.

Por eso es importante no enfocarse tanto en la conducta adictiva, si no en lo que subyase debajo de esa adiccion, enfrentar la ansiedad y el dolor emocional.

 

  1. Aceptando
  2. Sintiendo
  3. Desahogando
  4. Aprendiendo a usar tus emociones
  5. Comparando como a medida que vas manejando la ansiedad, va disminuyendo la adicción.