¡Quiero que sepas lo que siento!

Sé que ya estás cansado (a) de mis quejas constantes, de mis pedidos de auxilio, de las noches de desvelo.

Quizás, te pido mucha ayuda.

Que me acompañes al mercado.

Que me acompañes, a todos los lugares que quizás iba solo (a) en otro momento.

Quizás, no comprendas porque me he distanciado.

Que no salgo como antes.

He abandonado las actividades que disfrutábamos juntos.

Me juzgarás por todo el dinero o tiempo que invierto de especialista en especialista.

Por todos los medicamentos que compro semanal, o las búsquedas incisivas en internet sobre posibles condiciones de salud.

Me ha dolido, cuando me has llegado a decir es tu mente, tú tienes el control, estas mal.

Peor aún, cuando has utilizado el termino Loco(a).

¿Pero sabes qué? No te juzgo

Solo me gustaría que sepas lo que siento.

Pero sé que no he hablado con claridad y he preferido sucumbir en la soledad y el silencio.

Por miedo a la burla

Por Miedo a que pensarán

Por vergüenza

Quizás, porque ni yo sé que me está sucediendo.

¡Solo quiero que sepas lo que siento!

Desde hace ya varios meses, tengo pensamientos que no puedo controlar,

Miedos inexplicables de que algo malo me va suceder, no quiero morir, este puede ser mi miedo más grande.

Mi cuerpo tiembla todo el tiempo, es incómodo y angustiante.

Síntomas físicos que no sé ni cómo explicar, que me quitan la concentración, el sueño y las ganas de continuar.

Cuando salgo a la calle, me invade el miedo a perder el control, de que me suceda algo en público.

Que pueda perder el conocimiento y todo se den cuenta de lo que me está sucediendo, que piensen que no soy capaz, que me estoy volviendo loca.

Si, lo sé, Quizás todo puede ser producto de mi mente.

 Pero…

¿Como la detengo?

¿Como paro todo esto que siento?

Solo quiero que me entiendas.

En ocasiones no necesito que me hables, Solo necesito un abrazo, un estoy aquí para ayudarte,

Un vas a estar bien.

¡Solo quería que sepas lo que siento!

Por. Y. Brito/ Psicologa
Psiconatural
Psychological Services & Wellness Therapy
Anxiety Specialists
(787)380-5721
psiconaturalpr@gmail.com

Ansiedad y el Autismo

Ansiedad y el Autismo

Los problemas de ansiedad y la falta de habilidades para manejar el estrés son preocupaciones comunes en los familiares de alguien con un diagnóstico de autismo. TEA, en general, tardarán más tiempo en comunicar sus síntomas de ansiedad debido a sus problemas de comunicación, muchos de los cuales sólo se manifiestan internamente (es decir, la preocupación constante). Estas limitaciones hacen que sea difícil para las personas con TEA ser diagnosticados debido a las dificultades para expresar sus propios sentimientos o problemas. 

 

Entre los desencadenantes de ansiedad en personas con TEA están relacionados con el Procesamiento Sensorial:

Por ejemplo,Determinados sonidos, Espacios llenos de personas, lugares ruidosos.

La interacción social puede a su vez ocasionar síntomas de ansiedad, Reacciones extremas por parte de otras personas (como alguien enfadado o gritando), Tener que participar en eventos sociales (una fiesta, un evento escolar), Percibir estrés o ansiedad en otras personas Lugares nuevos

 

Conocer a tu hijo y como se manifiesta su ansiedad te ayudará a identificar actividades, estrategias y formas de comunicación que evitarán niveles de altos estrés.

 

Algunas estrategias para calmar a tu hijo (a) con TEA

 

  • Crear un espacio especial “zona de calmarse” / sala de relajación / espacio de pensamiento / espacio tranquilo, donde su hijo pueda relajarse
  • Crear rutinas en casa que minimicen el estrés.
  • Estrategias sensoriales como un chaleco o una manta sensorial anti estrés.
  • Juguetes anti-estres
  • Organizar actividades sociales que no requieran demasiada “socialización”, como ver una película o un programa favorito.

 

Por. Y. Brito/ Psicologa
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Ansiedad Ante Un Diagnóstico de Cáncer

Un diagnóstico de cáncer tiene un impacto significativo en la salud mental y emocional, tanto para el que recibe el mismo como para su familia. Sentimientos de miedo y tristeza son comunes y normales ante la noticia. No obstante, puede llegar en ocasiones a presentar síntomas relacionados a trastornos de ansiedad o depresión.

Hay muchos factores durante el proceso que pueden ocasionar estos sentimientos de miedo, muchos pacientes al someterse a los exámenes de detección de cáncer comienzan a experimentar ansiedad ante la incertidumbre de los resultados ya sea por un diagnostico nuevo o la preocupación de que va recidivar. Los pensamientos y los cambios sobre su cuerpo, pueden comenzar a lacerar su autoestima y confianza. El sufrimiento se puede presentar cuando los pacientes se sienten incapaces de manejar o controlar los cambios que el cáncer puede ocasionar.  Por tal razón, los pacientes necesitan distintas habilidades para hacer frente a situaciones difíciles en diferentes momentos.

En muchos de los casos los síntomas físicos como el dolor, náuseas y el cansancio extremo podría causar angustia emocional. Las personas a su vez, podrían presentar miedo a la muerte, sufrimiento al dolor ya que son temas desconocidos ante lo que pueda acontecer. Estos síntomas a menudo pueden estar presentes también en los familiares o cuidadores, ante el miedo de perder a ese ser querido.  Esto puede aflorar sentimientos de coraje o frustración, ante el pensamiento de “no poder hacer lo suficiente”.

Durante el proceso puede ser difícil determinar si está padeciendo de trastornos por ansiedad ante un diagnóstico de cáncer; ya que establecer la diferencia entre los temores normales y los relacionados a la ansiedad patológica son similares.

No obstante, la evaluación psicológica es de suma importancia ante los siguientes síntomas:

  • Sentirse preocupado todo el tiempo.
  • No poder concentrarse.
  • No poder «apagar los pensamientos» la mayor parte del tiempo.
  • Dificultad para dormir la mayoría de las noches.
  • Crisis frecuentes de llanto.
  • Sentir miedo casi todo el tiempo.
  • Sufrir síntomas como latidos cardíacos rápidos, boca seca, temblor en las manos, agitación o sentirse en el límite.
  • Ansiedad que no se alivia con las formas habituales de disminuir la ansiedad, como mantenerse ocupado para distraerse.

La ansiedad es tratable en estos casos, con tratamientos que les proporcionen apoyo social y emocional:

 Recomendaciones:

  1. Hacer frente al sufrimiento emocional y resolver los problemas que trae consigo el cáncer. 
  2. Entrenamiento en técnicas de relajación.
  3. Orientación o terapia de conversación.
  4. Sesiones de educación sobre el cáncer.
  5. Apoyo social en grupos para paciente y su familia.

Cuando los pacientes reciben y entiende la información sobre el cáncer y las opciones de tratamiento, se pueden empezar a sentir más esperanzados.

Por. Y. Brito/ Psicologa

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Tengo miedo de hacerme daño o a los demás (Fobias de impulsión)

Un joven de 29 años acude a consulta ya que presenta
temor a unos pensamientos que están pasando por su mente,
indica que tiene miedo a perder el control y poder lastimar
a su esposa o hijos.
Este pensamiento lo ha llevado aislarse,
inclusivo a desechar todo objeto percibido por el cómo peligroso,
cuchillos entre otros.
Todo comenzó desde su primera crisis de pánico y una secuela de
ansiedad elevada
por varios años.

Fobias de impulsión, el miedo a nuestros propios impulsos».

En ocasiones le damos demasiada importancia a estos pensamientos y 
empezamos a analizarlos y preguntarnos y cuestionarlos:
¿Y si lo que pienso pudiera hacerlo de verdad?

 ¿Y si ocurriera lo que estoy pensando?

 ¿Cómo puedo pensar estas cosas? 

¿Tal vez no conozca esa parte de mí?

 ¿Estaré enloqueciendo?

Los pensamientos en las fobias de impulsión son muy variados:

  • Miedo a hacer daño a personas queridas y cercanas,
  • Miedo a hacerse daño uno mismo en cuyo caso, estar a solas puede resultar muy angustioso.
  • Rechazo a estar cerca de ventanas, balcones o lugares elevados, por temor a lanzarse al vacío, entre otros.

Nuestra mente acoge multitud de pensamientos: buenos, malos, coherentes, racionales o irracionales. El trabajo del cerebro es pensar, igual que el trabajo del corazón es latir. No podemos hacer que nuestra mente deje de pensar, pero si podemos regular su caudal, y sobre todo, podemos controlar qué hacer con esos pensamientos.

Cuando un pensamiento que consideramos irracional cruza nuestra mente, le prestamos una breve atención, y en general, nos olvidamos pronto de él. Todos y todas tenemos pensamientos que podrían considerarse absurdos o inadecuados, pero no tienen trascendencia alguna por qué no se la damos.

Los pensamientos intrusivos son aquellos que aparecen de forma involuntaria, automática, sin que nosotros queramos. Se manifiestan como imágenes desagradables o de contenido violento, inmoral o inapropiado desde la propia perspectiva de la persona.

En mayor proporción aparecen en el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), aunque también podrían hacerlo en el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), estrés post-traumático o en estados depresivos.

¿Por qué se producen las fobias de impulsión?

Las personas experimentamos situaciones vitales donde los niveles de ansiedad y estrés se elevan. En general disponemos de capacidad para adaptarnos a esas situaciones, de hecho, la ansiedad es un mecanismo para provocar esa respuesta adaptativa. Sin embargo, cuando esos niveles son muy elevados, la situación nos supera, nos afectan determinados rasgos de nuestra personalidad, o estamos en un momento vital más vulnerable, pueden aparecer síntomas de una ansiedad excesiva y unidos a ella, pensamientos obsesivos. Rasgos de personalidad como la hiperresponsabilidad, la elevada autoexigencia o el perfeccionismo y la necesidad de control, condicionan nuestra respuesta a la situación difícil o de cambio.

Nuestros pensamientos conectan con nuestros principios y valores por ejemplo “ser una Buena persona”. Cuando un pensamiento intrusivo atenta contra ellos dispara nuestras alarmas, ya que supone un enfrentamiento a nuestro sistema de valores.

Como hemos explicado, podemos restarles importancia a esos pensamientos, considerarlos absurdos o por el contrario podemos darle vueltas a que:

  • Si pienso algo tan terrible, es que hay algo en mí que no está bien.
  • Si soy capaz de pensar algo así, tal vez sería capaz de hacerlo.
  • No soy una buena persona, tengo que dejar de pensar estas cosas.
  • Pensar esto me produce una gran ansiedad, no puedo permitir que vuelva a suceder este pensamiento nunca más.

Este proceso tiene varias características:

  • Genera sentimientos de culpa.
  • Nos activamos y por tanto tendemos a concentrarnos más en nuestros pensamientos.
  • Al mismo tiempo deseamos dejar de pensar.
  • Estamos asustados y ansiosos ante un nuevo pensamiento.
  • Las fobias de impulsión se alimentan de este tipo de mecanismo y generan como consecuencia conductas de evitación: dejamos de realizar determinadas acciones para no afrontar la ansiedad, pero el resultado es una mayor vulnerabilidad ante la ansiedad.

Es muy importante señalar que en las fobias de impulsión se produce un “círculo” del que a veces resulta muy difícil salir por uno mismo o una misma, por eso es muy recomendable buscar ayuda de un psicólogo o psicóloga.

Por. Y. Brito/ Psicologa

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Vivir sin Apegos

 

“Si amas una flor, no la recojas. Porque si lo haces morirá y dejará de ser lo

que amas. Entonces si amas una flor, déjala ser. El amor no se trata de

posesión. El amor se trata de apreciación”. Osho


La gente comúnmente piensa que el odio es el opuesto al amor. Es absolutamente incorrecto. El opuesto del amor es el miedo. Quien no ha sentido celos en algún momento de la vida, o el miedo de perder alguien o algo. Cuando eso sucede estamos del lado del apego. el principal motivo de sufrimiento de la humanidad,

Las personas necesitamos establecer vínculos de amor, respeto y protección hacia aquellos que amamos. No hay nada tan necesario y a la vez reconfortante. No obstante, también hemos de tener claro que estas relaciones de apego deben ser saludables y, a su vez, ofrecernos cierto espacio personal, cierta autonomía.

Un ejemplo de caos de apego, son los padres sobreprotectores, los cuales indirectamente fomentan el apego hacia la figura maternal o paterna. Esto no le permitirá madurar con una autoestima saludable y enfrentará la vida con miedos. Serán adultos inseguros y con falta de autonomía.

Cuando entablen relaciones afectivas, desarrollaran un apego ciego y desmedido hacia la pareja.

Dejaran de ser ellos para cumplir el deseo de los demás, serán dependientes y crearan relaciones tóxicas.

Podemos decir que el apego es como una prisión para muchas personas en su mundo y en las relaciones que entablen. Convirtiendo un deseo hacia una persona querida o alguna cosa en una necesidad, algo vital para su supervivencia. Expresando en ocasiones, “sin ti no puedo vivir” “Todo fluye. Todo está en movimiento y nada dura eternamente. Por eso no podemos descender dos veces al mismo río, pues cuando desciendo al río por segunda vez, ni yo ni el río somos los mismos…”

El apego puede ocasionar que la persona se sienta, infeliz, que acepte vivir en una situación de sometimiento, degradación, tristeza, depresión, sensación de soledad, estrés, baja autoestima, poca auto-valoración, cansancio, indefensión, incapacidad, anulación de su personalidad, etc.

Cuando su vida se torna insegura y gira en torno al poseer, las circunstancias como una separación de ese ser querido, ya sea por muerte, por cambio de residencia temporal, por viaje, etc.; lo puede percibir como casi imposible de superar. Esto puede producir en la persona un estancamiento en el ritmo de su vida cotidiano y puede ocasionar un trauma para toda la vida.

La persona no se percata de la pérdida de su dignidad, la falta de respeto, su auto valía, sus valores más esenciales. No disfrutan de su libertad, y dependen de otros para moverse en la vida. No viven su vida en tranquilidad, ya que el apego es miedo a perder aquello que se desea.

Te das cuenta de que estás cayendo en eso cuando no puedes controlarlo y empiezas a ver que te hace mucha falta; cuando la necesidad se convierte en algo imprescindible y no eres capaz de decir: si lo tengo bien, y si no, también.

Debes comenzar a transformar la expresión de te necesito por la de té prefiero. Cuando tienes una necesidad, tú no eliges, lo que elige es el impulso. El no entenderlo, ocasiona con el tiempo cambios abruptos en el humor; la persona se torna irritable porque no está el objeto o la persona apegada.


Que hacer para trabajar el desapego

• Aprende a ser autónomo, creando seguridad en ti mismo.

• Disponer de Buena autoestima.

• No le tengas miedo a la soledad.

• Vive en libertad y respeta la libertad de los demás.

• Comienza a vivir el presente

Recuerda, Las perdidas forman parte de la vida del ser humano, No te aferres.

Glosofobia (Miedo hablar en publico)

El término glosofobia proviene de la unión de los términos de origen griego “glossa” que se traduce como “lengua” y “fobos” que corresponde a “miedo”.

Trastorno de ansiedad específico en el que la persona experimenta temor ante la acción de hablar en público.

A pesar de que, en muchos casos, la glosofobia forma parte de una fobia social mucho más amplia, no siempre tiene porqué ser así. Además, existen diferencias esenciales entre estos dos tipos de fobia específica.

A diferencia de la fobia social, por la cual la persona manifiesta un temor excesivo a prácticamente cualquier tipo de socialización, la glosofobia es una fobia situacional que solamente se da ante el contexto específico de tener que hablar ante un público, aunque este sea conocido o de pequeño tamaño.

 

Algunos síntomas son:

  • Ansiedad intensa, o simplemente la idea de tener que comunicarse verbalmente con cualquier grupo
  • Evitar eventos donde las personas asistentes centren su atención sobre esta persona
  • Físicos, náuseas, o sensación de pánico en estas circunstancias. Usualmente el miedo a hablar en público proviene 
  • El temor a quedarse en blanco.
  • La creencia de que las personas que te escuchan pensarán que eres tonto o no eres suficientemente capaz.
  • El miedo a ponerse nervioso de forma que el discurso sea ininteligible y falto de lógica.
  • El miedo a cometer errores.
  • El pánico ante la respuesta de la audiencia que se sustenta en la idea de que ésta no aceptará lo que estamos transmitiendo.

Recomendaciones

  • Siéntase orgulloso de la preparación que ha hecho.

  • Practicar
  • Recanalizar el estrés, que no nos invada la sensación de estrés si no que la usemos para que nos vuelva más despiertos y agudos.
  • Controle la voz: Los ejercicios de respiración le ayudarán.
  • Conozca el entorno

  • Haga una visualización mental de su exposición o discurso en el lugar de la presentación.

 

 

Dependencia Psicológica

En ocasiones nos preguntamos,

¿Por qué continuamos en relaciones disfuncionales? O ¿Porque permitimos ciertos tratos?,

incluso algunas adicciones.

Existen personas que suelen ser dependientes y suelen acoplarse rápidamente aquellas personas o situaciones o cosas que le despierten el sentido de seguridad   y protección. Les produce miedo el pensar que puedan perder soporte psicológico y esa protección. Esto ocasiona que se entreguen de manera irracional y permitan situaciones de riesgo. De ahí parte esa persistencia en relaciones disfuncionales o el uso de drogas.

Entre los factores que ocasionan esta dependencia psicológica se encuentran:

 

  • Percepción de incompetencia
  • Baja autoestima

Esa idea de no ser capaz de enfrentar la vida con éxito.

Los pensamientos negativos hacia sí mismo se vuelven constantes;

“No sirvo”, “Soy Débil”, “No puedo”

 

Llegando la persona a concluir irracionalmente que necesita de alguien más fuerte que pueda ayudarlo (a) y le brinde ese soporto y protección.

Consejos para trabajar la dependencia psicológica:

Reconoce que hay un problema y tienes que iniciar un proceso contigo mismo (a).
  • Refuerza tu autoestima
  • Identifica las relaciones toxicas
  • Aprende a decir que “NO”
  • Refuerza tu valentía
  • Busca grupos de apoyo
  • Aprende amar de forma saludable
  • Busca ayuda profesional

 

Flexibilidad Emocional

Date permiso  para equivocarte, enfadarte, y llorar. También para sentir rabia y enojo, para perdonarnos, sanarnos, recuperarnos y ser felices.La flexibilidad emocional se refiere a nuestra capacidad de adaptarnos, ajustarnos creativamente, a los cambios y a situaciones inesperadas.

“Si decides ser flexible, te quitarás un enorme peso de encima al ver que nada está predeterminado y que puedes ser el último juez de tu propia conducta.”

Walter Riso.

 

Las personas que son muy rígidas, es decir, poco flexibles, generalmente buscan tener todo bajo control, al no lograrlo surge la frustración, la ansiedad y la depresión.

La flexibilidad emocional nos provee de una gran herramienta para no quedar atrapados en una emoción.

El ser flexibles en nuestra vida nos puede ayudar a equilibrar nuestras emociones y vivir nuestro presente a plenitud. También nos ayuda a bajar el nivel de exigencia, ya que, si lo llevamos al extremo, puede ser perjudicial. Ser más flexible, no quiere decir que perdamos calidad en nuestras acciones. Simplemente nos permitirá ser más eficaces, ya que si estamos todo el día controlando las cosas que nos rodean, es algo agotador, física y mentalmente, y es donde pueden venir los problemas.

Es una característica que nos ayuda a ajustarnos más fácilmente a las nuevas circunstancias, retos y situaciones cuando surgen. Ya sea comenzar en un trabajo nuevo, tomar una clase nueva o casarnos, ser cognoscitivamente flexible nos ayuda a crecer y a llevarnos mejor con los demás.

Algunos de los beneficios de fomentar nuestra flexibilidad emocional son:  

– Logra un equilibrio dinámico emocional ante los cambios

-Significativa detección del stress antes de que se instale.

– Mejor equipamiento para gestionar las incertidumbres.

– Aumenta el autoconocimiento.

– Escucha activa.

 

 

 

Conecta Contigo Mismo

Llevamos un estilo de vida acelerado, todo lo realizamos en un estado de desconexión, en ocasiones no sabemos como llegamos a un lugar o que cantidad de alimento hemos consumido. Esto ocasiona un deterioro en nuestra salud física y mental, y es evidenciado en los casos actuales de ansiedad y estrés elevado.

El cuidado de nuestra salud mental requiere de esfuerzo y dedicación, un reencuentro con nosotros mismos, compasión, amor, escuchar nuestro cuerpo, conectándonos con el.

El conocer nuestras emociones y como reaccionamos ante los eventos, el ser mas conscientes de nuestra existencia y de todo aquello que nos rodea.

Tienes que permitirle se a esa emoción, ya sea miedo, ira, tristeza, son parte de ti y te están conectando contigo mismo.

Para lograr esa conexión y equilibrio debes iniciar esa gestión de permitirte sentir de conocer la emoción, de nombrarla sin temor, hazle espacio a lo que sientes. Permite estar triste, ansioso, enojado, observa la emoción sin juicio.

Sigue estas recomendaciones:

  • Practicar a diario  unos minutos de meditación, permanece mindfulness, conectado con el momento presente. Observa tus pensamientos y emociones, sin juicios, sin resistencia.
  • Escucha tus emociones, en algunos casos, se remonta a situaciones del pasado inconclusas, es decir, aquellas que siguen provocando sufrimiento a día de hoy ya que en su momento no las cerraste de manera adecuada. Otras emociones se deben a carencias afectivas de la infancia. 
  • Silencio, Sin ruido, sin música. Escucha sólo el silencio o los ruidos cotidianos, sin nada que interfiera.
  • Contacto con la naturaleza, al menos un par de veces al mes. Pasea en contacto con la energía natural. Abraza un árbol, camina descalzo/a por la playa, escucha el sonido del agua, deja que el sol te bañe.
  • Genera energía positiva Lee un buen libro,  Desconecta de la televisión, del móvil. Elige una novela que te haga soñar o un libro que te haga reflexionar.
  •  Escribir es terapéutico en si mismo. A modo diario o de manera reflexiva o poética. Es una manera de poder tomar distancia con los pensamiento o emociones, de aclarar ideas y de vomitar todo aquello que te oprime. 9.
  • Dibujar y colorear ayuda a aquieta tu mente, es excelente para desconectarnos y enfocarnos en el momento presente. 

Ámate
Medita
Piensa de manera positiva
Cuida tu cuerpo
Trabaja tus fortalezas y debilidades

 

Depresión En Los Adolescentes

Durante la adolescencia están presentes una series de presiones, cambios de la pubertad y sueles aparecer cuestionamientos sobre quiénes son y dónde encajan. Con toda esta confusión e incertidumbre, no siempre es fácil diferenciar entre la depresión y los dolores de crecimiento normales de la adolescencia. Pero la depresión del adolescente va más allá del mal humor. Es un serio problema de salud que afecta todos los aspectos de la vida de un adolescente. Afortunadamente, es tratable y los padres pueden ayudar. Su apoyo ayudara a su adolescente a salir de la depresión y volver a la normalidad.

Su hijo adolescente está en mayor riesgo de depresión si:

  • Los trastornos del estado de ánimo se dan en su familia.
  • Experimenta una situación estresante en su vida como una muerte en la familia, divorcio de los padres, intimidación, ruptura con un novio o una novia, o mal rendimiento en la escuela.
  • Tiene baja autoestima y es muy crítico de sí mismo.
  • Se trata de una niña. Las adolescentes tienen el doble de posibilidades de sufrir depresión que los varones.
  • Tiene problemas para socializar.
  • Presenta trastornos de aprendizaje.
  • Tiene una enfermedad crónica.
  • Tiene problemas familiares o problemas con sus padres.

¿Cuáles son los sintomas?

Presta atención a cambios emocionales, como:

  • Sentimientos de tristeza, entre ellos, accesos de llanto sin motivo aparente
  • Sentirse desesperanzado o vacío
  • Irritabilidad o enojo
  • Frustración o ira, incluso por cuestiones menores
  • Falta de interés o placer en las actividades normales
  • Falta de interés en las relaciones con familiares o amigos o conflictos con esas personas
  • Baja autoestima
  • Sentimientos de culpa o desprecio por sí mismo
  • Fijación en errores pasados o sentimientos exagerados de culpa o autocrítica
  • Sensibilidad extrema al rechazo o al fracaso, y necesidad de constantes muestras de amor y apoyo por parte de los demás
  • Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas
  • Sensación permanente de que la vida y el futuro son deprimentes y desalentadores
  • Ideas frecuentes sobre la muerte, el morir o el suicidio

Presta atención a cambios en el comportamiento, como:

  • Cansancio y falta de energía
  • Insomnio o dormir demasiado
  • Cambios en los hábitos alimenticios: falta de apetito y adelgazamiento, o más antojos de comida y aumento de peso
  • Consumo de alcohol o drogas
  • Agitación o inquietud: por ejemplo, caminar de un lado a otro, retorcerse las manos o ser incapaz de quedarse quieto
  • Lentitud para razonar, hablar y hacer movimientos corporales
  • Quejas frecuentes de dolores de cabeza y malestares sin causa aparente, que pueden incluir visitas frecuentes a la enfermería de la escuela
  • Aislamiento social
  • Desempeño escolar deficiente o faltas de asistencia frecuentes
  • Aspecto descuidado
  • Estallidos de ira, comportamiento problemático o riesgoso, u otras manifestaciones de mala conducta
  • Autolesiones: por ejemplo, cortes, quemaduras, perforaciones o tatuajes excesivos
  • Planes o intentos de suicidio