«Cognitivo conductual: Venciendo la ansiedad mediante el poder de los pensamientos»

El enfoque cognitivo conductual es un tratamiento eficaz para la ansiedad. Esta terapia se centra en la relación entre los pensamientos, las emociones y los comportamientos de una persona y cómo estos factores pueden contribuir a la ansiedad.

Los terapeutas de la terapia cognitivo conductual trabajan para identificar los pensamientos negativos y distorsionados que pueden estar contribuyendo a la ansiedad de una persona. Luego, ayudan a la persona a reemplazar esos pensamientos negativos con pensamientos más realistas y positivos.

Además, la terapia cognitivo conductual a menudo utiliza técnicas de exposición, que implican exponer gradualmente a la persona a las situaciones que le causan ansiedad. La exposición ayuda a la persona a aprender a manejar y tolerar situaciones que podrían haber evitado anteriormente debido a su ansiedad.

La terapia cognitivo conductual también se enfoca en cambiar los comportamientos de una persona que podrían estar contribuyendo a la ansiedad.

Por ejemplo, si una persona evita ciertas situaciones debido a su ansiedad, el terapeuta trabajará para ayudar a la persona a enfrentar esas situaciones de manera gradual para que pueda superar su miedo.

Ejemplos de Terapias Cognitivo Conductual

1. Técnicas de relajación y respiración para controlar la ansiedad o la ira.
2. Identificación de pensamientos negativos automáticos y su sustitución por pensamientos positivos.
3. Técnicas de desensibilización sistemática para superar fobias y traumas.
4. Técnicas de exposición gradual para superar trastornos obsesivo-compulsivos.
5. Técnicas de resolución de problemas para afrontar situaciones estresantes y resolver conflictos.
6. Entrenamiento en habilidades sociales y asertividad.
7. Regulación de la conducta alimentaria y la gestión de la pérdida de peso.
8. Terapia de pareja y terapia familiar para mejorar las relaciones interpersonales.
9. Técnicas para mejorar el sueño y el insomnio.
10. Técnicas para mejorar la autoestima y la confianza en uno mismo.

Caso Real- Nombre Ficticio

Juan es un joven de 24 años que sufre de ansiedad social. Le cuesta mucho relacionarse con personas nuevas, hablar en público y expresar sus opiniones en grupos. Debido a su miedo al rechazo y a ser evaluado negativamente, Juan evita situaciones sociales y se siente muy incómodo en reuniones familiares o en el trabajo. En una sesión de terapia cognitivo-conductual, el terapeuta ayuda a Juan a identificar sus pensamientos automáticos negativos, como «si hablo en público, la gente se reirá de mí», «no sé qué decir en situaciones sociales» y «mejor evitar esto y no pasar vergüenza». Estos pensamientos contribuyen a mantener su ansiedad social.

El terapeuta trabaja con Juan para reemplazar estos pensamientos con otros más realistas y útiles, como «puedo aprender a hablar en público y mejorar mis habilidades comunicativas» y «puedo sentirme cómodo en situaciones sociales si practico y me preparo para ellas». A través de técnicas de exposición gradual, el terapeuta ayuda a Juan a enfrentar gradualmente sus miedos sociales. Al principio, puede ser algo tan sencillo como saludar a un desconocido en la calle, después hablar con alguien en una reunión social y finalmente hablar en público frente a una audiencia. Con el tiempo y el trabajo conjunto en terapia, Juan comienza a sentirse más seguro y cómodo en situaciones sociales y su ansiedad disminuye. También aprende habilidades efectivas para manejar su ansiedad en el momento, como técnicas de respiración y relajación.

 
 

¿Listo para decir adiós a los ataques de pánico? Únete a nuestro grupo de terapia de CBT altamente efectiva y realiza un viaje de autodescubrimiento y superación. Juntos, superaremos tus miedos y construiremos herramientas duraderas para manejar el pánico. Contáctanos para más detalles."

Cómo manejar la ansiedad a través de la autocompasión.

La autocompasión es una habilidad emocional que se enfoca en ser amable con uno mismo y tomarse el tiempo y espacio necesarios para cuidar de nuestras necesidades físicas, mentales y emocionales. La autocompasión es importante en el cuidado de la salud mental, porque nos ayuda a manejar nuestras emociones y a sentirnos seguros y cómodos con nosotros mismos.

La autocompasión implica la aceptación de nuestras imperfecciones y errores en lugar de ser críticos o autocríticos hacia nosotros mismos. Esto puede ser difícil para algunas personas, especialmente para aquellas que han sido enseñadas a ser autoexigentes y a perseguir la perfección a toda costa.

Además, la autocompasión previene la comparación social y la competencia insana. En lugar de medirnos contra los demás, la autocompasión nos invita a ser cálidos y amables con nosotros mismos, independientemente de cómo nos comparemos con los demás.

La autocompasión también puede ser muy útil para superar la ansiedad, la depresión y muchos otros problemas de salud mental. Cuando somos amables y compasivos con nosotros mismos, nos permitimos sentir nuestras emociones en lugar de censurarnos por ellas. Al hacerlo, podemos aprender a aceptar nuestras emociones, incluso las menos agradables, y manejarlas de manera efectiva a través de habilidades de afrontamiento saludables.

Existen muchas maneras de practicar la autocompasión. Algunas técnicas útiles incluyen la meditación, la práctica de la gratitud, la práctica de mindfulness y el cuidado personal regular. 

La terapia también puede ser útil para aprender a practicar la autocompasión y convertirla en un hábito saludable.

Existen varios obstáculos que pueden dificultar la práctica de la autocompasión. Algunos de ellos incluyen:

  1. Perfeccionismo: la creencia de que debemos ser perfectos o hacer todo bien puede hacernos ser muy críticos con nosotros mismos y dificultar la aceptación de nuestros errores y debilidades.
  1. Culpa: podemos sentirnos culpables por las cosas que hemos hecho o no hemos hecho, lo que puede hacernos sentir indignos de la autocompasión.
  1. Vergüenza: a menudo, nos avergonzamos de nuestras inseguridades, debilidades y fracasos, lo que nos hace creer que no merecemos la autocompasión.
  1. Autoexigencia: puede ser difícil para algunas personas aceptar que necesitan cuidarse a sí mismas y brindarse el tiempo y la atención necesarios para hacerlo.
  1. Dificultad para sentir emociones: algunas personas pueden encontrar difícil reconocer y sentir sus propias emociones, lo que hace que les resulte difícil practicar la autocompasión.

  1. Creencias culturales y sociales: en algunos entornos culturales y sociales, la autocompasión se considera como una señal de debilidad o falta de carácter.

Para superar estos obstáculos, es importante comprender por qué se presentan y trabajar en el desarrollo de una actitud más amable, compasiva y comprensiva hacia uno mismo. La terapia puede ser una herramienta útil para ayudarnos a comprender nuestras dificultades con la autocompasión y trabajar para superarlas. Además, podemos practicar la autocompasión con ejercicios diarios, meditación, yoga, entre otras técnicas que nos ayuden a aprender y fortalecer esta habilidad emocional.

«Manejo efectivo de los ataques de pánico: herramientas y estrategias para recuperar el control»

Los ataques de pánico son un trastorno de ansiedad que pueden ser difíciles de entender para quienes no los experimentan. Son episodios donde una persona experimenta una intensa y repentina sensación de miedo y terror, acompañados de síntomas físicos como sudoración, temblores, palpitaciones y dificultad para respirar. Los ataques de pánico pueden suceder de manera imprevista e inesperada y pueden ser muy debilitantes, interferir en la calidad de vida y afectar a las relaciones personales.

Es importante destacar que los ataques de pánico no son peligrosos en sí mismos, y que la mayoría de las personas que los experimentan no corren riesgos físicos reales. A pesar de esto, la angustia que causan puede ser muy real y la persona puede sentirse atrapada, incapaz de controlar lo que está sucediendo.

¿Qué causa los ataques de pánico?

Los ataques de pánico pueden ocurrir sin causa aparente, pero también pueden ser a consecuencia de factores estresantes, traumáticos o problemas emocionales no resueltos. Un trastorno de ansiedad subyacente, como el trastorno de ansiedad generalizada o el trastorno de estrés postraumático, también puede contribuir a los ataques de pánico.

Además, hay factores físicos que pueden desencadenar un ataque de pánico, como la hiperventilación, el aumento del ritmo cardíaco y la sudoración. Los estimulantes, como el café y el té, ciertas drogas, o el alcohol, también pueden desencadenar un ataque de pánico en algunas personas.

¿Cómo puedo manejar los ataques de pánico?

A continuación, te compartimos algunas estrategias de tratamiento efectivo que pueden ayudarte a manejar los ataques de pánico.

1. Practica la respiración profunda: La respiración profunda puede ayudar a reducir los síntomas físicos del ataque de pánico, así que trata de inhalar lenta y profundamente durante unos segundos, aguantar la respiración durante unos segundos más, y exhala lentamente.

2. Relájate: También es importante practicar la relajación, por ejemplo, realizar ejercicios de relajación muscular progresiva, yoga o meditación. Estas técnicas pueden ayudarte a disminuir la ansiedad y la tensión corporal.

3. Identifica y enfrenta los pensamientos negativos: Es útil identificar tus patrones de pensamiento negativos para poder confrontarlos y desafiarlos activamente. Aprende a reconocer los pensamientos negativos que pueden estar contribuyendo a tus ataques de pánico y trata de sustituirlos por pensamientos más adaptativos.

4. Busca ayuda profesional: Si estás sufriendo de ataques de pánico, es importante buscar ayuda profesional. Un terapeuta o un profesional de la salud mental pueden ayudarte a entender los factores subyacentes que pueden estar contribuyendo a tus ataques de pánico y darte herramientas para manejarlos de manera efectiva.

En resumen, los ataques de pánico pueden ser aterradores, pero no son peligrosos y pueden ser manejados con éxito. Si estás sufriendo de ataques de pánico, es importante buscar atención profesional para recibir el tratamiento adecuado que te ayude a entender y superar tus síntomas. Con la ayuda adecuada, puedes aprender a manejar tus sentimientos y a retomar el control de tu vida.

 

 

Posturas básicas para la ansiedad

Piernas encima de la pared

Acuéstate sobre tu espalda con los brazos en los lados o abrir los brazos para abrir el corazón aún más.Acostado sobre la espalda con los talones o los pies en la pared. Coloca una pequeña toalla sobre los ojos, esto permitirá que los ojos se mantengan cerrados durante los 5 a 10 minutos. Esta postura es para descansar, al cubrir los ojos ayuda a que el resto del sistema nervioso central active la relajación. Después de descansar en esta postura, para volver a la posición anterior, dobla las rodillas, baje los talones de la pared y deslice hacia el lado derecho. Acuéstese de lado realice un par de respiraciones antes de subir a sentarse en posición vertical.

Postura del Niño

Una posición de reposo, se trata de bajar suavemente la espalda, cadera, y estirar los hombros.

Cómo hacerlo: de rodillas, inclínate hacia adelante con la frente sobre el tapete. Coloca los brazos a los lados del cuerpo con las palmas hacia arriba al lado de los pies o las palmas hacia abajo estiradas sobre la cabeza. Respira profundamente, centrándote en la respiración con los ojos cerrados. También puede ser una buena pose para el insomnio.

Piernas flexionadas en ángulo

Esta postura estira los músculos del muslo y la ingle interiores. Puede ayudar a aliviar los síntomas de estrés, depresión leve, síndrome menstrual y la menopausia porque se mueve y libera la energía en tu área pélvica y relaja tu mente y el sistema nervioso central. También ayuda en la digestión.

Giro

Los giros estiran de la espalda baja, la cadera externa, el pecho y flexores de la cadera. Con cada exhalación, imagínate escurriendo como una esponja, deshazte de lo que no quieres o necesitas en tu cuerpo o mente.

Espalda Curva

Esta apertura expande la caja torácica dando a los pulmones más espacio para respirar, lo que te permite tomar respiraciones profundas más largas. Esta postura también se extiende a los músculos del pecho y los hombros.

Por. Y. Brito/ Psicóloga
Psiconatural
Psychological Services & Wellness Therapy
Anxiety Specialists
(787)380-5721
contacto@psiconaturalpr.com

Montaña Rusa de las Emociones.

En estos días de aislamiento social, de cuarentena por el COVID-19; las emociones se encuentran en un sube y baja. Hay días en los que la frustración, el desanimo, el enojo, se apodera de nosotros. Hay otros días donde la tristeza y la desesperanza hacen fiesta en nuestro interior, pero esas emociones son normales dentro de todos estos eventos que estamos atravesando mundialmente.

Impera la incertidumbre por el cumulo de información, el miedo al contagio de nosotros o de alguien cercano. La inestabilidad económica, soledad, el distanciamiento. 

Para poder sobrellevar efectivamente esta montaña rusa de emociones debemos transitar por ella y sus etapas de afrontamiento. Reconocerlas nos ayudará a afrontarlas de un modo más amable. A desarrollar una mentalidad positiva a pesar de las circunstancias. Nos permitirá entender que,  que por muy difícil que sean los cambios, siempre habra oportunidad de aprendizaje y crecimiento como personas y sociedad.

 

 

1. Inicio de la travesía  “Hay un virus exparciendo por el mundo». Pocos esperaban que sucediera.

2. Negación: “Esto no va a ocurrir aquí”. La negación es una fase habitual en casi todos los cambios no deseados. Es la parte más difícil de sobrellevar, nunca creemos que nos vaya a afectar a nosotros. Nos llenamos de excusas, como que China está muy lejos o que solo es una gripe más, y nos olvidamos de las evidencias: de que el mundo está globalizado, incluso hasta para las enfermedades, o que estas pueden resultar tan contagiosas que pueden colapsar el propio sistema. Durante el periodo de negación, cuando nos damos cuenta de que sí nos puede afectar, podemos desarrollar una variante: la ira o la rabia. Nos enfadamos con el sistema, con la falta de medidas que toman las autoridades, con los eventos deportivos, manifestaciones o reuniones que nos han expuesto al contagio.

El enfado hay que pasarlo, tengamos razón o no. Si nos quedamos en esta fase, estamos perdidos, porque desaprovecharemos la oportunidad de aprendizaje que existe ante cualquier crisis.

3. Miedo durante la travesía por la montaña rusa: “¿Qué nos va a pasar?¿Hasta cúando durará esto? Esta  parte es la  más profunda y paralizante que existe. El miedo, en ocasiones puede ser sano si lo vemos desde la prudencia, que nos lleva actuar adecuadamente, que nos invita a protegernos, a quedarnos en casa. Por el contrario esta el negativo, el que nos lleva a pensar de manera ilógica e irracional, desde la histeria colectiva.

Debemos comenzar a  que transitar esta etapa de forma rápida, pero sensata.

Esta emoción en muchas ocasiones llega a ser más contagiosa que la propia enfermedad. Ya que nos daña profundamente y nos vacía de la posibilidad de afrontar la crisis desde la mentalidad positiva del cambio, el sentido común y la fuerza.

4. Travesía por la montaña rusa de la tristeza  y. la vulnerabilidad.

En esta etapa ya no hay miedo ni rabia, solo desazón y  tristeza en estado puro.

Nos indentificamos, sentimos el dolor por las cifras de enfermos y fallecidos, conocemos personas afectadas o lo estamos nosotros mismos.

Este es el  momento de aceptación pura de la realidad.

En la crisis del coronavirus, la travesía por por la montaña rusa hay que afrontarla.

La buena noticia es que, la montaña rusa tiene un final, y llega el momento que nos tenemos que bajar.

Tu decides si te quedas dando vueltas sin fin, en la rabia o en la negación, pero la mayoría de las personas, tarde o temprano, conseguimos remontar la tristeza, y bajarnos en la llegada.

5. Por ultimo cuando logramos transitar la ruta llega la etapa de nuevos hábitos y confianza  en nosotros mismos. Normalizamos la realidad.

Nos ofrecemos a ayudar a otros desde la serenidad y no desde el miedo; nos reímos de la situación y, lo más importante, nos abrimos al aprendizaje. Cuanto más nos esforcemos en ver qué aspectos quiere enseñarnos esta nueva crisis, más rápido podremos atravesar la montaña rusa de las emociones y el cambio.

6. Cuando logremos bajarnos de la Montaña Rusa, travesía,  porque el coronavirus ha pasado y soy más fuerte.

Todo esto quedará guardado en la historia. Pero recuerda vendrán otras, nuevos problemas, y eso significa que estamos vivos.

Si logras hacerte consciente del proceso y aprendes como persona y como sociedad, habrá valido la pena, a pesar de las numerosas pérdidas que hayamos tenido en el camino.

Disfruta la travesía por la montaña rusa, esto pasará. Si dará miedo en el inicio, pero luego puede ser placentero.

Por. Y. Brito/ Psicóloga
Psiconatural
Psychological Services & Wellness Therapy
Anxiety Specialists
(787)380-5721
contacto@psiconaturalpr.com

Acepta tus Monstruos

Acepta tus monstruos

“No enfrentar tus monstruos los hace mas fuerte”

Todos témenos un monstruo que nos atormenta que nos roba la paz y la tranquilidad, que no permite que en ocasiones realicemos actividades o que disfrutemos de momentos.

Esos monstruos que viven en nuestra mente, en nuestros pensamientos, en nuestro día a día.

Muchos de ellos llegan disfrazados de miedos, traumas del pasado, cosas que hicimos o que nos hicieron y que pensamos que provocarían rechazo en los demás,

pensamientos limitantes, de adicciones, situaciones, eventos, enfermedades físicas o mentales…

La lucha constante nos agota nos quita energía o desmotiva y pensamos que nunca vamos a salir de el, que nos va acompañar toda la vida.

Visualiza  tu monstruo

¿Cómo es?, ¿Qué ocasiona en ti?, ¿Cómo reaccionas cuando esta cerca?

Cuando logramos hacernos concientes de esos monstruos que habitan en nuestro interior, lograremos iniciar un a transformación hacia esa paz que tanto anhelamos. Esos monstruos internos suelen ser cosas de nosotros mismos que nos negamos aceptar.

Por tal razón, el camino hacia esa liberación y paz interior requiere de transformación y aceptación.

Vencer al monstruo implica aceptar que el vive en nosotros, es aceptar que es una parte de nosotros, que hacer las pases con el, desde nuestro propio criterio, sin juicio o control.

Es transfórmalo en otra cosa que me causa paz y tranquilidad, en algo nuevo y mejor.

Es normal convivir con nuestros monstruos, todos los individuos con los que te cruzas en el camino día a día lucha con alguno en su interior. El ser humano se construye de conflictos y contradicciones. El problema radica cuando queremos estar bien, pero continuamos sin entenderlo e ignorándolo eternamente. La clave es aceptar e iniciar la transformación.

Al no aceptar tus monstruos, dígase tus reacciones, tu ansiedad, ira, depresión, adicciones… se van hacer cada vez más grades, entorpeciendo y limitándote en áreas de tu vida que en un principio de estaban afectadas. Al dejar que el miedo venza nos va a causar inseguridad y nos paraliza.

Un ejemplo, son las personas que sufren de ansiedad, el conocerla y aceptarla, los ayuda a minimizar los sintomas, perderle el miedo e iniciar cambios en su vida que lo esta ocasionando.

Los monstruos no van a desaparecer, pero lo puedes domar, apaciguar. Podemos pensar que al aceptarlo y enfrentarlo lo va hacer desaparecer por complero, y cuando vemos que eso no sucede nos frustramos, ocasionando que nos cansemos. Pero no cometas ese error!

La realidad es que siempre tendremos que convivir con aspectos de la vida que nos harán daño, pero lo importante es que si decidimos enfrentarlos aprenderemos herramientas para hacerlos mas manejables.

Habla con tu monstruo, acéptalo y dile:

«A pesar de que estás aquí voy a vivir mi vida como yo decida». Acaban siendo seres sumisos que ya no nos asustan, con los que no nos da miedo convivir

Buscas ayudas psicológica, aprendes técnicas de relajacion, te expones a las situaciones bajo control…

Aprendes a convivir con tu monstruo, a domarlo.

Metáfora

¿Cuánto tiempo pasamos en nuestra vida luchando para controlar nuestras emociones, nuestros sentimientos, nuestro malestar, nuestra ansiedad, los recuerdos, etc? 

  Imagina tu problema actual (ansiedad, preocupación, recuerdos, culpabilidad, pensamientos negativos…). Ese problema se parece a una persona que estuviese unida a un monstruo por una cuerda y con un foso entre ambos. Mientras el monstruo está tranquilo, dormido, tumbado, podemos verlo, pero en cuanto despierta se hace insoportable, insufrible, y tiramos de la cuerda para conseguir tirar al monstruo al foso. A veces parece que se calma al tirar de la cuerda, como si se diera por vencido, pero lo que ocurre a la larga es que cuanto más tiramos, más próximos estamos del filo del foso y, por el contrario, más grande, fuerte y amenazante está haciéndose el monstruo. Así la situación es que tienes que estar pendiente constantemente de si el monstruo se levanta para tirar de la cuerda, y además, cuando tú tiras el monstruo también lo hace, lo que a veces lleva a que estés al borde del abismo. Y mientras, tu vida se limita a estar pendiente de la cuerda. Te gustaría no estar atado al monstruo, pero eso no es algo que pueda cambiarse, de manera que te planteas qué puedes hacer basado en tu experiencia. Una posibilidad para hacer tu vida es soltar la cuerda y ver al monstruo. Otra que tu vida se limite a estar pendiente de la cuerda.

Por. Y. Brito/ Psicóloga
Psiconatural
Psychological Services & Wellness Therapy
Anxiety Specialists
(787)380-5721
contacto@psiconaturalpr.com

¿Todo esto que siento, es ansiedad?

¿Todo esto que siento, es ansiedad?

La ansiedad se caracteriza por presentar tanto síntomas fisiológicos, cognitivos o conductuales, todos ellos incomodos, y para algunas personas incapacitante.

Lo importante antes de iniciar un proceso psicoterapéutico es descartar que algunos de los síntomas presentes no son ocasionados por alguna afección  medica. Pero esa indagación deber ser fluyendo con el proceso y no, uno lleno de pánico o preocupación excesiva. Luego de descartar y aceptes que estas sano y que tu organismo esta funcionando con normalidad, te darás cuenta que es ansiedad.

Nuestro organismo activa el Sistema Nervioso Simpático, responsable de muchos de los síntomas presentes cuando se activa la ansiedad. El  sistema nervioso simpático prepara el cuerpo para situaciones que requieren estado de alerta o fuerza, como situaciones que despiertan temor, ira, emoción o vergüenza (situaciones de “lucha o huida”). En este tipo de situaciones, el sistema nervioso simpático estimula los músculos cardíacos para aumentar la frecuencia cardíaca, dilata los bronquios de los pulmones (incrementa la retención de oxígeno) y causa la dilatación de los vasos sanguíneos que irrigan el corazón y los músculos esqueléticos (aumentando el suministro de sangre).

Al conocer como funciona nuestro Sistema nervioso ante nuestros pensamientos, sentimientos y reacciones, Podemos identificar cuando lo que estoy sintiendo es producto de ansiedad y no de alguna condición de salud grave (si ya descarte).

Síntomas comunes presentes en la ansiedad

  • Síntomas Fisiologicos: (taquicardias, sudoración, náuseas…),
  • Síntomas psicológicos: (agobio, inseguridad, temor a perder el control…),
  • Síntomas conductuales: (bloqueos, impulsividad, cambios en la expresión corporal…),
  • Síntomas cognitivos: (pérdida de concentración, rumiación, susceptibilidad…)
  • Síntomas sociales: (irritabilidad, dificultades para expresar las opiniones, ensimismamiento…).

 

Si estas presentando sintomas que ya estan ocasionando deterioro en tus actividades diarias, busca ayuda de algun especialista de la salud mental.

 

Por. Y. Brito/ Psicóloga
Psiconatural
Psychological Services & Wellness Therapy
Anxiety Specialists
(787)380-5721
contacto@psiconaturalpr.com

DAME PACIENCIA!!!

Continuamente escuchamos esta frase de muchas personas, madres, padres, jefes, compañeros de trabajo, profesores.

Pero que significa ,

Dicha palabra proviene del latín pati, que significa sufrir. De hecho el participio patiens se introdujo al castellano como paciente (en los hospitales) o «el que sufre».

Hay fuentes que la definen como  la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algo bien. La paciencia es un rasgo de personalidad madura. Esto hace que las personas que tienen paciencia sepan esperar con calma a que las cosas sucedan, ya que piensan que las cosas  no dependen estrictamente de uno, se les debe otorgar tiempo. Es la capacidad que posee el ser humano para tolerar, atravesar o soportar una determinada situación sin experimentar nerviosismo ni perder la calma. La paciencia, en definitiva, guarda una relación estrecha con la calma y con la paz. Una persona paciente, según las definiciones teóricas, es aquella que sabe esperar y logra tomarse las cosas con tranquilidad. Lo contrario es un sujeto impaciente, que es ansioso y que desea todo de forma inmediata.

                Esperar, Tolerancia, Calma, tranquilidad…

Tolerancia, se define como el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias. La tolerancia es la actitud que una persona tiene respecto a aquello que es diferente de sus valores. La tolerancia es la capacidad de escuchar y aceptar a los demás, comprendiendo el valor de las distintas formas de entender la vida.

Sabiendo esto la paciencia se va ganando a través del tiempo cuando no permitimos que ninguna situación se interponga en nuestra tranquilidad. Pero eso depende de ti, cuanto sueles desesperarte ante las cosas que quieres que sucedan y no ocurren. Cuando somos pacientes, tomamos la vida sin prisa y sin preocupaciones, teniendo la confianza de que lo que deseamos ocurrirá. Si decimos “dame paciencia” estamos pidiendo esa capacidad de esperar, ¿Qué estas esperando? O ¿Qué deseas?… Tú decides quienes o que te quita esa calma, esa paz. Solemos pedir paciencia, pero no tenemos tolerancia, si no sabes escuchar y aceptar que existe la diversidad de creencias, ideas, pensamientos; y que los seres humanos viven la vida de distintas formas, ¿Qué crees? Vas a perder la paciencia… así que no trates de luchar contra los demás.

Si estas frente a una situación en la que entiendes que llevas esperando tiempo por un cambio y esto no sucede, pregúntate, ¿merece la pena perder mi paz?, Lo que intento cambiar, ¿en qué me afecta a mi como individuo?. En ocasiones queremos lograr unos cambios en otras personas u obtener una reacción diferente de otros; Pero sabes, en realidad vas en contra de esas creencias, pensamientos y forma de ser; Que sí, choca contigo, pero en ocasiones solo resta pensar, ¿cómo puedo cambiar yo para que esta situación no me afecte tanto?, Quizás debo ser más tolerante, el trabajo ya no llena mis expectativas y necesito un cambio, he tolerado el comportamiento de mi pareja y no le he comunicado mi desagrado.

Todos los días te vas enfrentar a situaciones que pondrán a prueba cuan paciente eres, y si estás dispuesto a entregar tu calma y tu paz.

Recuerda ser tolerante, nunca vamos a lograr cambiar a los demás, enfócate en identificar tus fallas y perder el miedo a los cambios. Quizás lo que no te deja obtener esa paciencia, eres tú mismo tratando de forzar algo que en realidad no está en tus manos, deja que el  tiempo transcurra, haz caso a las señales que te indican que es hora de realizar cambios en tu vida, pareja, trabajo… Y si decides continuar en ese lugar o con esas personas que te quitan tu paz… No te Quejes… Respira y da lo mejor de ti…

Por. Y. Brito/ Psicóloga
Psiconatural
Psychological Services & Wellness Therapy
Anxiety Specialists
(787)380-5721
contacto@psiconaturalpr.com