Las ironías de la ansiedad: cuando tu mente te juega malas pasadas

Las ironías de la ansiedad: cuando tu mente te juega malas pasadas

La ansiedad, esa compañera incómoda que a menudo se presenta sin previo aviso y nos sumerge en un mar de preocupaciones y temores irracionales. Pero,

¿alguna vez has notado las ironías que rodean a este trastorno mental?

Aquí te presentamos algunas de las más destacadas:

1.⁠ ⁠La ansiedad por la incertidumbre: ¿No es irónico que la ansiedad, que es en sí misma una manifestación de la incertidumbre, a menudo nos haga preocuparnos aún más por el futuro incierto? Es como estar atrapado en un círculo vicioso donde la propia ansiedad alimenta más ansiedad.

2.⁠ ⁠La paradoja del control: Aquellos que sufren de ansiedad a menudo tienen una necesidad compulsiva de controlar todas las situaciones para evitar sentirse abrumados. Sin embargo, esta búsqueda obsesiva de control puede llevar a una mayor ansiedad, ya que es imposible controlar todos los aspectos de la vida.

3.⁠ ⁠La ironía del perfeccionismo: Muchas personas con ansiedad son perfeccionistas, buscando constantemente la excelencia en todo lo que hacen. Sin embargo, esta búsqueda implacable de la perfección solo sirve para aumentar la ansiedad, ya que nunca se sienten satisfechos con sus logros y siempre temen cometer errores.

4.⁠ ⁠La paradoja de la evitación: Es común que aquellos que sufren de ansiedad intenten evitar las situaciones que desencadenan sus síntomas. Sin embargo, esta evitación solo refuerza la ansiedad a largo plazo, ya que impide la oportunidad de aprender a manejar las situaciones estresantes de manera efectiva.

La ansiedad está llena de ironías que pueden hacer que enfrentarla sea aún más desafiante. Sin embargo, reconocer estas paradojas puede ser el primer paso hacia la comprensión y el manejo efectivo de este trastorno.

Recuerda, no estás solo en esta lucha y hay ayuda disponible para ti.

 

¡No dudes en buscar apoyo si lo necesitas!

Deja de luchar contra la Ansiedad

La ansiedad es un sentimiento que todas las personas experimentan en algún momento de sus vidas. Aunque en ocasiones puede resultar abrumadora y paralizante, es importante recordar que es una emoción natural y que no debemos intentar luchar contra ella, sino aprender a aceptarla.

En lugar de tratar de evitar la ansiedad o suprimirla, es fundamental reconocerla y entenderla. La ansiedad suele ser una señal de que algo en nuestras vidas no está funcionando como debería o que estamos enfrentando una situación que nos desafía. En vez de reprimir estos sentimientos, es importante darles espacio y permitirnos sentirlos.

Aceptando la ansiedad, podemos aprender a lidiar con ella de una manera más saludable. En lugar de tratar de controlarla, es útil practicar técnicas de relajación, como la meditación o la respiración profunda, que nos ayuden a calmarnos y a reducir la intensidad de la ansiedad.

También es importante recordar que la ansiedad es temporal y que, con el tiempo, pasará. Aprender a aceptarla como parte de nuestra experiencia nos permite manejarla de manera más efectiva y afrontar los desafíos que se nos presentan con más calma y claridad.

 

Aquí te dejo algunas recomendaciones para dejar de luchar contra la ansiedad y aprender a aceptarla:

 

1. Practica la atención plena (mindfulness): La práctica de la atención plena te ayudará a estar presente en el momento actual, en lugar de preocuparte por el futuro o el pasado. Esto te permitirá estar más en sintonía con tus emociones y pensamientos, y afrontar la ansiedad de manera más serena.

2. Aprende técnicas de relajación: La meditación, la respiración profunda, el yoga o cualquier otra técnica de relajación que te resulte útil pueden ser de gran ayuda para reducir la intensidad de la ansiedad y encontrar calma en medio de la tormenta.

3. Habla con alguien de confianza: Compartir tus preocupaciones y miedos con alguien de confianza puede ayudarte a sentirte comprendido y apoyado. La compañía y el respaldo de los demás pueden ser un gran apoyo en momentos de ansiedad.

4. Haz ejercicio regularmente: El ejercicio físico no solo te ayudará a liberar endorfinas, que son las sustancias químicas que te hacen sentir bien, sino que también te permitirá despejar la mente y reducir la sensación de ansiedad.

5. Busca ayuda profesional: Si la ansiedad te resulta abrumadora y dificulta tu vida diaria, considera buscar ayuda de un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra. Ellos podrán brindarte herramientas y estrategias para manejar la ansiedad de forma efectiva.

 

Recuerda que todos experimentamos ansiedad en algún momento de nuestras vidas, y aprender a aceptarla como parte de nuestra experiencia emocional es un paso importante hacia el bienestar emocional y mental.

 

¡No luches contra la ansiedad, aprende a convivir con ella de manera saludable y consciente!

 

 

 

 

¿Cuando la ansiedad se convierte en un Trastorno?

La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de estrés o peligro. En dosis moderadas, la ansiedad puede ser útil, ya que nos alerta y nos prepara para afrontar desafíos. Sin embargo, la ansiedad se convierte en un trastorno cuando es excesiva, persistente y afecta negativamente la vida diaria de una persona.

Los trastornos de ansiedad incluyen el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad social, y otros. Para ser considerado un trastorno, la ansiedad debe ser abrumadora, interferir con las actividades normales y durar un período prolongado. Los síntomas pueden incluir preocupación constante, nerviosismo excesivo, miedo irracional, tensión muscular, sudoración, temblores y problemas para dormir.

1. Tipos de Trastornos de Ansiedad: Además de los trastornos que mencioné anteriormente, existen otros como el trastorno de ansiedad por separación, trastorno de ansiedad por enfermedad, fobias específicas y trastorno obsesivo-compulsivo. Cada uno tiene sus características particulares.

2. Causas: Los trastornos de ansiedad pueden tener múltiples causas, que van desde factores genéticos y biológicos hasta experiencias traumáticas o altos niveles de estrés. A menudo, una combinación de factores contribuye a su desarrollo.

3. Síntomas Físicos y Emocionales: Los síntomas de la ansiedad pueden variar, pero comúnmente incluyen palpitaciones, sudoración, temblores, dificultad para respirar, tensión muscular, inquietud, preocupación excesiva, irritabilidad y evitación de situaciones temidas.

 

Diagnóstico:

El diagnóstico de un trastorno de ansiedad se realiza mediante la evaluación de un profesional de la salud mental. Es importante describir con precisión tus síntomas y proporcionar información sobre su duración e impacto en tu vida cotidiana.

 Tratamiento:

Los tratamientos para los trastornos de ansiedad suelen incluir terapia cognitivo-conductual, terapia de exposición, terapia farmacológica en algunos casos y técnicas de relajación. La elección del tratamiento depende de la gravedad y tipo de trastorno.

Prevención:

La prevención de la ansiedad implica la gestión efectiva del estrés, el autocuidado y la identificación temprana de síntomas. Aprender a lidiar con la ansiedad de manera saludable es fundamental.

Calidad de Vida:

El tratamiento exitoso de los trastornos de ansiedad puede mejorar significativamente la calidad de vida. Las personas pueden aprender a manejar sus síntomas y llevar una vida plena y funcional.

Recuerda que si estás experimentando síntomas de ansiedad o crees que podrías tener un trastorno de ansiedad, es fundamental buscar ayuda profesional. Los psicólogos y psiquiatras son expertos en este campo y pueden proporcionar el apoyo necesario.

«Cognitivo conductual: Venciendo la ansiedad mediante el poder de los pensamientos»

El enfoque cognitivo conductual es un tratamiento eficaz para la ansiedad. Esta terapia se centra en la relación entre los pensamientos, las emociones y los comportamientos de una persona y cómo estos factores pueden contribuir a la ansiedad.

Los terapeutas de la terapia cognitivo conductual trabajan para identificar los pensamientos negativos y distorsionados que pueden estar contribuyendo a la ansiedad de una persona. Luego, ayudan a la persona a reemplazar esos pensamientos negativos con pensamientos más realistas y positivos.

Además, la terapia cognitivo conductual a menudo utiliza técnicas de exposición, que implican exponer gradualmente a la persona a las situaciones que le causan ansiedad. La exposición ayuda a la persona a aprender a manejar y tolerar situaciones que podrían haber evitado anteriormente debido a su ansiedad.

La terapia cognitivo conductual también se enfoca en cambiar los comportamientos de una persona que podrían estar contribuyendo a la ansiedad.

Por ejemplo, si una persona evita ciertas situaciones debido a su ansiedad, el terapeuta trabajará para ayudar a la persona a enfrentar esas situaciones de manera gradual para que pueda superar su miedo.

Ejemplos de Terapias Cognitivo Conductual

1. Técnicas de relajación y respiración para controlar la ansiedad o la ira.
2. Identificación de pensamientos negativos automáticos y su sustitución por pensamientos positivos.
3. Técnicas de desensibilización sistemática para superar fobias y traumas.
4. Técnicas de exposición gradual para superar trastornos obsesivo-compulsivos.
5. Técnicas de resolución de problemas para afrontar situaciones estresantes y resolver conflictos.
6. Entrenamiento en habilidades sociales y asertividad.
7. Regulación de la conducta alimentaria y la gestión de la pérdida de peso.
8. Terapia de pareja y terapia familiar para mejorar las relaciones interpersonales.
9. Técnicas para mejorar el sueño y el insomnio.
10. Técnicas para mejorar la autoestima y la confianza en uno mismo.

Caso Real- Nombre Ficticio

Juan es un joven de 24 años que sufre de ansiedad social. Le cuesta mucho relacionarse con personas nuevas, hablar en público y expresar sus opiniones en grupos. Debido a su miedo al rechazo y a ser evaluado negativamente, Juan evita situaciones sociales y se siente muy incómodo en reuniones familiares o en el trabajo. En una sesión de terapia cognitivo-conductual, el terapeuta ayuda a Juan a identificar sus pensamientos automáticos negativos, como «si hablo en público, la gente se reirá de mí», «no sé qué decir en situaciones sociales» y «mejor evitar esto y no pasar vergüenza». Estos pensamientos contribuyen a mantener su ansiedad social.

El terapeuta trabaja con Juan para reemplazar estos pensamientos con otros más realistas y útiles, como «puedo aprender a hablar en público y mejorar mis habilidades comunicativas» y «puedo sentirme cómodo en situaciones sociales si practico y me preparo para ellas». A través de técnicas de exposición gradual, el terapeuta ayuda a Juan a enfrentar gradualmente sus miedos sociales. Al principio, puede ser algo tan sencillo como saludar a un desconocido en la calle, después hablar con alguien en una reunión social y finalmente hablar en público frente a una audiencia. Con el tiempo y el trabajo conjunto en terapia, Juan comienza a sentirse más seguro y cómodo en situaciones sociales y su ansiedad disminuye. También aprende habilidades efectivas para manejar su ansiedad en el momento, como técnicas de respiración y relajación.

 
 

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«5 Consejos para Ayudar a un Familiar con Ansiedad»

"5 Consejos para Ayudar a un Familiar con Ansiedad"

La ansiedad puede ser una afección debilitante y muchas veces las personas que la sufren no saben cómo manejarla. Es importante que los miembros de la familia comprendan que la ansiedad es una enfermedad y que no es simplemente una preocupación excesiva o falta de control. Para ayudar a un familiar con ansiedad, es fundamental ofrecerles apoyo y comprensión. Aquí hay algunos consejos prácticos que pueden marcar la diferencia en la vida de esa persona:

Clave para apoyar a un familiar con ansiedad es educarse sobre la enfermedad. Investigar y comprender los síntomas, las posibles desencadenantes y cómo afecta a la persona tanto física como emocionalmente, permitirá a la familia tener una perspectiva más informada y empática.

Además, es fundamental mantener una comunicación abierta y sincera con el familiar afectado. Permitirles expresar sus sentimientos y preocupaciones sin juicio ni críticas, creando un espacio seguro donde puedan hablar de su ansiedad, puede aliviar parte de la carga emocional que están llevando.

Asimismo, alentar y acompañar a la persona a buscar ayuda profesional es fundamental. Un apoyo terapéutico, ya sea a través de terapia individual o grupal, puede brindar herramientas específicas para manejar la ansiedad y ofrecer un espacio de apoyo y contención.

La familia también puede jugar un papel activo en el cuidado de la salud mental de su ser querido. Fomentar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular, descanso adecuado y técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda, puede ayudar a reducir los síntomas de ansiedad.

Además, es importante evitar alimentar los miedos y preocupaciones del familiar afectado. Evitar comentarios negativos o catastrofistas y fomentar pensamientos positivos y realistas puede ser de gran ayuda.

Si tienes un familiar que sufre de ansiedad, aquí hay algunos consejos que pueden ser útiles para ayudar a esa persona:

1. Escucha y valida sus sentimientos: Es importante que escuches a tu familiar y le permitas sentir que sus preocupaciones y miedos son válidos. No los minimices, desestimes o te burles de sus problemas.

2. Ofrece apoyo emocional: Asegúrate de hacer saber a tu familiar que estás ahí para ayudarlo y apoyarlo en cualquier momento. Ofrece tu presencia y tu esperanza para que él o ella se sienta comprendido y acompañado.

3. Educate sobre la ansiedad: Es importante que estés informado sobre la ansiedad para entenderla mejor y saber cómo ayudar. Lee sobre los síntomas, las causas y las opciones de tratamiento.

4. Ayuda en la búsqueda de tratamiento: Anima a tu familiar a buscar ayuda profesional si todavía no lo ha hecho y ofrécele apoyo para encontrar el tratamiento adecuado. Acompáñalo si es necesario a las citas y apoya su decisión de buscar ayuda.

5. Fomenta un estilo de vida saludable: Ayuda a tu familiar a tener un estilo de vida saludable poniendo en práctica una alimentación balanceada, ejercicio, descanso y reducción de consumo de sustancias en su encuentro diario. Una vida equilibrada, llenará de buenos beneficios a su salud mental y física.

Cómo manejar la ansiedad a través de la autocompasión.

La autocompasión es una habilidad emocional que se enfoca en ser amable con uno mismo y tomarse el tiempo y espacio necesarios para cuidar de nuestras necesidades físicas, mentales y emocionales. La autocompasión es importante en el cuidado de la salud mental, porque nos ayuda a manejar nuestras emociones y a sentirnos seguros y cómodos con nosotros mismos.

La autocompasión implica la aceptación de nuestras imperfecciones y errores en lugar de ser críticos o autocríticos hacia nosotros mismos. Esto puede ser difícil para algunas personas, especialmente para aquellas que han sido enseñadas a ser autoexigentes y a perseguir la perfección a toda costa.

Además, la autocompasión previene la comparación social y la competencia insana. En lugar de medirnos contra los demás, la autocompasión nos invita a ser cálidos y amables con nosotros mismos, independientemente de cómo nos comparemos con los demás.

La autocompasión también puede ser muy útil para superar la ansiedad, la depresión y muchos otros problemas de salud mental. Cuando somos amables y compasivos con nosotros mismos, nos permitimos sentir nuestras emociones en lugar de censurarnos por ellas. Al hacerlo, podemos aprender a aceptar nuestras emociones, incluso las menos agradables, y manejarlas de manera efectiva a través de habilidades de afrontamiento saludables.

Existen muchas maneras de practicar la autocompasión. Algunas técnicas útiles incluyen la meditación, la práctica de la gratitud, la práctica de mindfulness y el cuidado personal regular. 

La terapia también puede ser útil para aprender a practicar la autocompasión y convertirla en un hábito saludable.

Existen varios obstáculos que pueden dificultar la práctica de la autocompasión. Algunos de ellos incluyen:

  1. Perfeccionismo: la creencia de que debemos ser perfectos o hacer todo bien puede hacernos ser muy críticos con nosotros mismos y dificultar la aceptación de nuestros errores y debilidades.
  1. Culpa: podemos sentirnos culpables por las cosas que hemos hecho o no hemos hecho, lo que puede hacernos sentir indignos de la autocompasión.
  1. Vergüenza: a menudo, nos avergonzamos de nuestras inseguridades, debilidades y fracasos, lo que nos hace creer que no merecemos la autocompasión.
  1. Autoexigencia: puede ser difícil para algunas personas aceptar que necesitan cuidarse a sí mismas y brindarse el tiempo y la atención necesarios para hacerlo.
  1. Dificultad para sentir emociones: algunas personas pueden encontrar difícil reconocer y sentir sus propias emociones, lo que hace que les resulte difícil practicar la autocompasión.

  1. Creencias culturales y sociales: en algunos entornos culturales y sociales, la autocompasión se considera como una señal de debilidad o falta de carácter.

Para superar estos obstáculos, es importante comprender por qué se presentan y trabajar en el desarrollo de una actitud más amable, compasiva y comprensiva hacia uno mismo. La terapia puede ser una herramienta útil para ayudarnos a comprender nuestras dificultades con la autocompasión y trabajar para superarlas. Además, podemos practicar la autocompasión con ejercicios diarios, meditación, yoga, entre otras técnicas que nos ayuden a aprender y fortalecer esta habilidad emocional.

«Manejo efectivo de los ataques de pánico: herramientas y estrategias para recuperar el control»

Los ataques de pánico son un trastorno de ansiedad que pueden ser difíciles de entender para quienes no los experimentan. Son episodios donde una persona experimenta una intensa y repentina sensación de miedo y terror, acompañados de síntomas físicos como sudoración, temblores, palpitaciones y dificultad para respirar. Los ataques de pánico pueden suceder de manera imprevista e inesperada y pueden ser muy debilitantes, interferir en la calidad de vida y afectar a las relaciones personales.

Es importante destacar que los ataques de pánico no son peligrosos en sí mismos, y que la mayoría de las personas que los experimentan no corren riesgos físicos reales. A pesar de esto, la angustia que causan puede ser muy real y la persona puede sentirse atrapada, incapaz de controlar lo que está sucediendo.

¿Qué causa los ataques de pánico?

Los ataques de pánico pueden ocurrir sin causa aparente, pero también pueden ser a consecuencia de factores estresantes, traumáticos o problemas emocionales no resueltos. Un trastorno de ansiedad subyacente, como el trastorno de ansiedad generalizada o el trastorno de estrés postraumático, también puede contribuir a los ataques de pánico.

Además, hay factores físicos que pueden desencadenar un ataque de pánico, como la hiperventilación, el aumento del ritmo cardíaco y la sudoración. Los estimulantes, como el café y el té, ciertas drogas, o el alcohol, también pueden desencadenar un ataque de pánico en algunas personas.

¿Cómo puedo manejar los ataques de pánico?

A continuación, te compartimos algunas estrategias de tratamiento efectivo que pueden ayudarte a manejar los ataques de pánico.

1. Practica la respiración profunda: La respiración profunda puede ayudar a reducir los síntomas físicos del ataque de pánico, así que trata de inhalar lenta y profundamente durante unos segundos, aguantar la respiración durante unos segundos más, y exhala lentamente.

2. Relájate: También es importante practicar la relajación, por ejemplo, realizar ejercicios de relajación muscular progresiva, yoga o meditación. Estas técnicas pueden ayudarte a disminuir la ansiedad y la tensión corporal.

3. Identifica y enfrenta los pensamientos negativos: Es útil identificar tus patrones de pensamiento negativos para poder confrontarlos y desafiarlos activamente. Aprende a reconocer los pensamientos negativos que pueden estar contribuyendo a tus ataques de pánico y trata de sustituirlos por pensamientos más adaptativos.

4. Busca ayuda profesional: Si estás sufriendo de ataques de pánico, es importante buscar ayuda profesional. Un terapeuta o un profesional de la salud mental pueden ayudarte a entender los factores subyacentes que pueden estar contribuyendo a tus ataques de pánico y darte herramientas para manejarlos de manera efectiva.

En resumen, los ataques de pánico pueden ser aterradores, pero no son peligrosos y pueden ser manejados con éxito. Si estás sufriendo de ataques de pánico, es importante buscar atención profesional para recibir el tratamiento adecuado que te ayude a entender y superar tus síntomas. Con la ayuda adecuada, puedes aprender a manejar tus sentimientos y a retomar el control de tu vida.

 

 

La relajación: una herramienta efectiva para reducir la ansiedad.

La relajación es un estado de mente y cuerpo en el que se experimenta una sensación de paz y calma sin elementos externos que distraigan. Es una práctica que busca disminuir los niveles de estrés y ansiedad, mejorando la salud emocional y física.

Existen diversas técnicas de relajación, que pueden variar desde técnicas de respiración hasta ejercicios de meditación y visualización. Todos los métodos tienen en común la intención de ayudar a la persona a liberarse de las tensiones físicas y mentales para llegar a un estado de profunda tranquilidad.

La relajación es beneficiosa para nuestra salud física y mental ya que ayuda a disminuir la presión arterial, disminuir la frecuencia cardíaca, reducir la tensión muscular y disminuir los niveles de estrés. Además, mejora la concentración, el sueño y la salud emocional, lo que aumenta nuestro bienestar general.

Es importante encontrar un momento y un lugar en el que se pueda estar tranquilo y sin distracciones para poder relajarse de manera efectiva. Muchas personas comprueban que programas de meditación, música suave, iluminación tenue y una temperatura agradable pueden ayudar en el logro del estado de serenidad.

Respirar lenta y profundamente es una parte esencial de cualquier técnica de relajación. Inhalando lentamente y expandiendo el abdomen, para luego exhalando despacio a través de la boca, puede ser muy útil para ayudar a disminuir los niveles de ansiedad y estrés.

La visualización también es una técnica utillizada en la relajación. En este ejercicio se pueden imaginar escenas tranquilas, paisajes pacíficos o situaciones agradables, siempre con la intención de alejar el pensamiento de situaciones estresantes.

Cada persona puede encontrar una técnica de relajación que le sea más efectiva y que se adapte mejor a su estilo de vida. Es importante incluir la relajación en la rutina diaria, permitiendo que cuerpo y mente se recarguen y se sientan más equilibrados y saludables.

La ansiedad es un trastorno común que puede afectar significativamente la calidad de vida de una persona. La práctica regular de técnicas de relajación puede proporcionar una serie de beneficios para reducir y manejar la ansiedad. Algunos de estos beneficios incluyen:

1. Reducción del estrés: La relajación ayuda a disminuir los niveles de estrés al promover una sensación de calma y tranquilidad. La reducción del estrés puede disminuir la aparición de síntomas relacionados con la ansiedad, como taquicardias, tensión muscular y problemas de sueño.

2. Mejora de la salud emocional: La ansiedad puede ir acompañada de sentimientos de angustia, irritabilidad y dificultad para controlar las emociones. La práctica regular de técnicas de relajación puede ayudar a regular las emociones y a desarrollar habilidades para gestionar el estado de ánimo, promoviendo una mayor estabilidad emocional.

3. Mejora de la calidad del sueño: La ansiedad puede dificultar conciliar el sueño y mantener un descanso adecuado. Al relajarse antes de dormir utilizando técnicas de relajación, como la respiración profunda o la meditación, se puede mejorar la calidad del sueño y lograr un descanso más reparador.

4. Aumento de la concentración: La ansiedad puede hacer que la mente esté dispersa y sea difícil concentrarse en tareas específicas. La práctica regular de la relajación puede ayudar a calmar la mente y aumentar la capacidad de concentración y enfoque.

5. Fortalecimiento del sistema inmunológico: El estrés crónico asociado con la ansiedad puede debilitar el sistema inmunológico, dejando al cuerpo más susceptible a enfermedades. La relajación puede ayudar a reducir el estrés y fortalecer el sistema inmunológico, promoviendo una mejor salud general.

Es importante tener en cuenta que la relajación no reemplaza el tratamiento médico o psicoterapéutico para la ansiedad, pero puede ser utilizada como una herramienta complementaria en el manejo y reducción de los síntomas. Si sufres de ansiedad, es recomendable buscar ayuda profesional para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

¡Desconéctate del estrés diario y conecta con tu ser interior!

La meditación guiada te enseñará técnicas poderosas para relajarte, concentrarte y mejorar tu bienestar emocional y físico. ¡No esperes más para comenzar tu viaje hacia el equilibrio y la armonía!"

Desempleo ¿Te causa ansiedad?

Ansiedad por desempleo

 

En estos días de aislamiento social, impera la frustración, el miedo e incertidumbre. Entre uno de los detonantes se encuentra el factor económico, ya que muchos individuos llevan semanas sin poder presentarse a sus empleos.

Impera el desasosiego, ya que el deber primordial es protegerse y quedarse en su casa; no obstante; la falta de respuestas ante promesas de ayudas económicas, deudas, y pensamientos enfocados en el futuro, llevan a las personas a caer en el ciclo de la ansiedad. Lo primero que se nos viene a la cabeza cuando nos quedamos sin trabajo es la pérdida de entrada de dinero y cómo los problemas económicos pueden alterar nuestra vida significativamente. 

Está claro que la economía es una fuente de seguridad a nivel de bienestar material puesto que cualquier persona necesita tener una cantidad de dinero mensual para poder pagar la hipoteca, hacer la compra, hacer frente a los gastos…

Provocando a largo plazo serios problemas a nivel psicológico y afectando también la convivencia familiar

El desempleo no sólo afecta económicamente a las personas, sino que también puede tener un impacto grave sobre la salud.

 

Perder el trabajo puede suponer un importante cambio dentro de nuestras vidas. La estabilidad y la rutina que regía nuestros días desaparece para dar paso a una gran diversidad de emociones negativas. 

 

Es importante saber distinguir si lo que sentimos es realmente ansiedad. Conocer nuestras emociones y cómo nos sentimos nos ayudará a trabajar mejor lo que nos adolece y a entendernos. Por tanto, una persona que esté en desempleo debe estar activa, manejar sus pensamientos.

Observar…

 

  • Síntomas psicosomáticos como insomnio, dolor de cabeza o dolor de estómago 
  • Caer en malos hábitoscomo fumar, comer comida poco saludable o consumir alcohol
  • Tener baja autoestima, sentirnos “inútiles”, incapaces de hacerle frente a las tareas del día a día
  • Pérdida del interés por las cosas que antes sí nos gustaban

Consejos para superar la ansiedad por desempleo

 

Mantente activo.Te recomendamos que hagas ejercicio pues una magnífica manera de aumentar tu autoestima y liberar estrés.

 

No te rindas. Sabemos, la sensación de agobio, cansancio y dejadez pueden llegar a ser desesperante, pero recuerda que no hay que rendirse nunca.

 

Utiliza Internetdesarrolla tu marca personal durante el tiempo que estás sin trabajo, estudia.

 

Fórmate. Aprovecha que cuentas con más tiempo libre para seguir formándote. Especialízate e investiga sobre qué buscan las empresas hoy en día.

 

Reduce el estrés.Existen técnicas muy efectivas para reducir los niveles de estrés como escuchar música o leer. Estas actividades te ayudarán a no estar constantemente dándole vueltas al problema. Hay recursos que nos ayudan a manejar la ansiedad, como pueden ser el mindfulness, la meditación, los ejercicios de relajación. Todos los anteriores nos ayudan a calmar el sistema nervioso y a centrarnos en el presente, ambos aspectos muy importantes para recuperar la serenidad y la sensación de seguridad.

 

Pide ayuda profesional. Si el estrés se agudiza y prolonga, entrarás en una fase de agotamiento, ocasionándote respuestas psicosomáticas como el insomnio crónico o la depresión, por ello es importante que si crees que la situación te sobrepasa busques ayuda profesional.

 

Por. Y. Brito/ Psicóloga
Psiconatural
Psychological Services & Wellness Therapy
Anxiety Specialists
(787)380-5721
contacto@psiconaturalpr.com

Posturas básicas para la ansiedad

Piernas encima de la pared

Acuéstate sobre tu espalda con los brazos en los lados o abrir los brazos para abrir el corazón aún más.Acostado sobre la espalda con los talones o los pies en la pared. Coloca una pequeña toalla sobre los ojos, esto permitirá que los ojos se mantengan cerrados durante los 5 a 10 minutos. Esta postura es para descansar, al cubrir los ojos ayuda a que el resto del sistema nervioso central active la relajación. Después de descansar en esta postura, para volver a la posición anterior, dobla las rodillas, baje los talones de la pared y deslice hacia el lado derecho. Acuéstese de lado realice un par de respiraciones antes de subir a sentarse en posición vertical.

Postura del Niño

Una posición de reposo, se trata de bajar suavemente la espalda, cadera, y estirar los hombros.

Cómo hacerlo: de rodillas, inclínate hacia adelante con la frente sobre el tapete. Coloca los brazos a los lados del cuerpo con las palmas hacia arriba al lado de los pies o las palmas hacia abajo estiradas sobre la cabeza. Respira profundamente, centrándote en la respiración con los ojos cerrados. También puede ser una buena pose para el insomnio.

Piernas flexionadas en ángulo

Esta postura estira los músculos del muslo y la ingle interiores. Puede ayudar a aliviar los síntomas de estrés, depresión leve, síndrome menstrual y la menopausia porque se mueve y libera la energía en tu área pélvica y relaja tu mente y el sistema nervioso central. También ayuda en la digestión.

Giro

Los giros estiran de la espalda baja, la cadera externa, el pecho y flexores de la cadera. Con cada exhalación, imagínate escurriendo como una esponja, deshazte de lo que no quieres o necesitas en tu cuerpo o mente.

Espalda Curva

Esta apertura expande la caja torácica dando a los pulmones más espacio para respirar, lo que te permite tomar respiraciones profundas más largas. Esta postura también se extiende a los músculos del pecho y los hombros.

Por. Y. Brito/ Psicóloga
Psiconatural
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