“No enfrentar tus monstruos los hace mas fuerte”
Todos témenos un monstruo que nos atormenta que nos roba la paz y la tranquilidad, que no permite que en ocasiones realicemos actividades o que disfrutemos de momentos.
Esos monstruos que viven en nuestra mente, en nuestros pensamientos, en nuestro día a día.
Muchos de ellos llegan disfrazados de miedos, traumas del pasado, cosas que hicimos o que nos hicieron y que pensamos que provocarían rechazo en los demás,
pensamientos limitantes, de adicciones, situaciones, eventos, enfermedades físicas o mentales…
La lucha constante nos agota nos quita energía o desmotiva y pensamos que nunca vamos a salir de el, que nos va acompañar toda la vida.
Visualiza tu monstruo
¿Cómo es?, ¿Qué ocasiona en ti?, ¿Cómo reaccionas cuando esta cerca?
Cuando logramos hacernos concientes de esos monstruos que habitan en nuestro interior, lograremos iniciar un a transformación hacia esa paz que tanto anhelamos. Esos monstruos internos suelen ser cosas de nosotros mismos que nos negamos aceptar.
Por tal razón, el camino hacia esa liberación y paz interior requiere de transformación y aceptación.
Vencer al monstruo implica aceptar que el vive en nosotros, es aceptar que es una parte de nosotros, que hacer las pases con el, desde nuestro propio criterio, sin juicio o control.
Es transfórmalo en otra cosa que me causa paz y tranquilidad, en algo nuevo y mejor.
Es normal convivir con nuestros monstruos, todos los individuos con los que te cruzas en el camino día a día lucha con alguno en su interior. El ser humano se construye de conflictos y contradicciones. El problema radica cuando queremos estar bien, pero continuamos sin entenderlo e ignorándolo eternamente. La clave es aceptar e iniciar la transformación.
Al no aceptar tus monstruos, dígase tus reacciones, tu ansiedad, ira, depresión, adicciones… se van hacer cada vez más grades, entorpeciendo y limitándote en áreas de tu vida que en un principio de estaban afectadas. Al dejar que el miedo venza nos va a causar inseguridad y nos paraliza.
Un ejemplo, son las personas que sufren de ansiedad, el conocerla y aceptarla, los ayuda a minimizar los sintomas, perderle el miedo e iniciar cambios en su vida que lo esta ocasionando.
Los monstruos no van a desaparecer, pero lo puedes domar, apaciguar. Podemos pensar que al aceptarlo y enfrentarlo lo va hacer desaparecer por complero, y cuando vemos que eso no sucede nos frustramos, ocasionando que nos cansemos. Pero no cometas ese error!
La realidad es que siempre tendremos que convivir con aspectos de la vida que nos harán daño, pero lo importante es que si decidimos enfrentarlos aprenderemos herramientas para hacerlos mas manejables.
Habla con tu monstruo, acéptalo y dile:
«A pesar de que estás aquí voy a vivir mi vida como yo decida». Acaban siendo seres sumisos que ya no nos asustan, con los que no nos da miedo convivir
Buscas ayudas psicológica, aprendes técnicas de relajacion, te expones a las situaciones bajo control…
Aprendes a convivir con tu monstruo, a domarlo.
Metáfora
¿Cuánto tiempo pasamos en nuestra vida luchando para controlar nuestras emociones, nuestros sentimientos, nuestro malestar, nuestra ansiedad, los recuerdos, etc?
Imagina tu problema actual (ansiedad, preocupación, recuerdos, culpabilidad, pensamientos negativos…). Ese problema se parece a una persona que estuviese unida a un monstruo por una cuerda y con un foso entre ambos. Mientras el monstruo está tranquilo, dormido, tumbado, podemos verlo, pero en cuanto despierta se hace insoportable, insufrible, y tiramos de la cuerda para conseguir tirar al monstruo al foso. A veces parece que se calma al tirar de la cuerda, como si se diera por vencido, pero lo que ocurre a la larga es que cuanto más tiramos, más próximos estamos del filo del foso y, por el contrario, más grande, fuerte y amenazante está haciéndose el monstruo. Así la situación es que tienes que estar pendiente constantemente de si el monstruo se levanta para tirar de la cuerda, y además, cuando tú tiras el monstruo también lo hace, lo que a veces lleva a que estés al borde del abismo. Y mientras, tu vida se limita a estar pendiente de la cuerda. Te gustaría no estar atado al monstruo, pero eso no es algo que pueda cambiarse, de manera que te planteas qué puedes hacer basado en tu experiencia. Una posibilidad para hacer tu vida es soltar la cuerda y ver al monstruo. Otra que tu vida se limite a estar pendiente de la cuerda.