Tengo miedo de hacerme daño o a los demás (Fobias de impulsión)

Un joven de 29 años acude a consulta ya que presenta
temor a unos pensamientos que están pasando por su mente,
indica que tiene miedo a perder el control y poder lastimar
a su esposa o hijos.
Este pensamiento lo ha llevado aislarse,
inclusivo a desechar todo objeto percibido por el cómo peligroso,
cuchillos entre otros.
Todo comenzó desde su primera crisis de pánico y una secuela de
ansiedad elevada
por varios años.

Fobias de impulsión, el miedo a nuestros propios impulsos».

En ocasiones le damos demasiada importancia a estos pensamientos y 
empezamos a analizarlos y preguntarnos y cuestionarlos:
¿Y si lo que pienso pudiera hacerlo de verdad?

 ¿Y si ocurriera lo que estoy pensando?

 ¿Cómo puedo pensar estas cosas? 

¿Tal vez no conozca esa parte de mí?

 ¿Estaré enloqueciendo?

Los pensamientos en las fobias de impulsión son muy variados:

  • Miedo a hacer daño a personas queridas y cercanas,
  • Miedo a hacerse daño uno mismo en cuyo caso, estar a solas puede resultar muy angustioso.
  • Rechazo a estar cerca de ventanas, balcones o lugares elevados, por temor a lanzarse al vacío, entre otros.

Nuestra mente acoge multitud de pensamientos: buenos, malos, coherentes, racionales o irracionales. El trabajo del cerebro es pensar, igual que el trabajo del corazón es latir. No podemos hacer que nuestra mente deje de pensar, pero si podemos regular su caudal, y sobre todo, podemos controlar qué hacer con esos pensamientos.

Cuando un pensamiento que consideramos irracional cruza nuestra mente, le prestamos una breve atención, y en general, nos olvidamos pronto de él. Todos y todas tenemos pensamientos que podrían considerarse absurdos o inadecuados, pero no tienen trascendencia alguna por qué no se la damos.

Los pensamientos intrusivos son aquellos que aparecen de forma involuntaria, automática, sin que nosotros queramos. Se manifiestan como imágenes desagradables o de contenido violento, inmoral o inapropiado desde la propia perspectiva de la persona.

En mayor proporción aparecen en el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), aunque también podrían hacerlo en el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), estrés post-traumático o en estados depresivos.

¿Por qué se producen las fobias de impulsión?

Las personas experimentamos situaciones vitales donde los niveles de ansiedad y estrés se elevan. En general disponemos de capacidad para adaptarnos a esas situaciones, de hecho, la ansiedad es un mecanismo para provocar esa respuesta adaptativa. Sin embargo, cuando esos niveles son muy elevados, la situación nos supera, nos afectan determinados rasgos de nuestra personalidad, o estamos en un momento vital más vulnerable, pueden aparecer síntomas de una ansiedad excesiva y unidos a ella, pensamientos obsesivos. Rasgos de personalidad como la hiperresponsabilidad, la elevada autoexigencia o el perfeccionismo y la necesidad de control, condicionan nuestra respuesta a la situación difícil o de cambio.

Nuestros pensamientos conectan con nuestros principios y valores por ejemplo “ser una Buena persona”. Cuando un pensamiento intrusivo atenta contra ellos dispara nuestras alarmas, ya que supone un enfrentamiento a nuestro sistema de valores.

Como hemos explicado, podemos restarles importancia a esos pensamientos, considerarlos absurdos o por el contrario podemos darle vueltas a que:

  • Si pienso algo tan terrible, es que hay algo en mí que no está bien.
  • Si soy capaz de pensar algo así, tal vez sería capaz de hacerlo.
  • No soy una buena persona, tengo que dejar de pensar estas cosas.
  • Pensar esto me produce una gran ansiedad, no puedo permitir que vuelva a suceder este pensamiento nunca más.

Este proceso tiene varias características:

  • Genera sentimientos de culpa.
  • Nos activamos y por tanto tendemos a concentrarnos más en nuestros pensamientos.
  • Al mismo tiempo deseamos dejar de pensar.
  • Estamos asustados y ansiosos ante un nuevo pensamiento.
  • Las fobias de impulsión se alimentan de este tipo de mecanismo y generan como consecuencia conductas de evitación: dejamos de realizar determinadas acciones para no afrontar la ansiedad, pero el resultado es una mayor vulnerabilidad ante la ansiedad.

Es muy importante señalar que en las fobias de impulsión se produce un “círculo” del que a veces resulta muy difícil salir por uno mismo o una misma, por eso es muy recomendable buscar ayuda de un psicólogo o psicóloga.

Por. Y. Brito/ Psicologa

Psiconatural

Psychological Services & Wellness Therapy

Anxiety Specialists

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psiconaturalpr@gmail.com

Glosofobia (Miedo hablar en publico)

El término glosofobia proviene de la unión de los términos de origen griego “glossa” que se traduce como “lengua” y “fobos” que corresponde a “miedo”.

Trastorno de ansiedad específico en el que la persona experimenta temor ante la acción de hablar en público.

A pesar de que, en muchos casos, la glosofobia forma parte de una fobia social mucho más amplia, no siempre tiene porqué ser así. Además, existen diferencias esenciales entre estos dos tipos de fobia específica.

A diferencia de la fobia social, por la cual la persona manifiesta un temor excesivo a prácticamente cualquier tipo de socialización, la glosofobia es una fobia situacional que solamente se da ante el contexto específico de tener que hablar ante un público, aunque este sea conocido o de pequeño tamaño.

 

Algunos síntomas son:

  • Ansiedad intensa, o simplemente la idea de tener que comunicarse verbalmente con cualquier grupo
  • Evitar eventos donde las personas asistentes centren su atención sobre esta persona
  • Físicos, náuseas, o sensación de pánico en estas circunstancias. Usualmente el miedo a hablar en público proviene 
  • El temor a quedarse en blanco.
  • La creencia de que las personas que te escuchan pensarán que eres tonto o no eres suficientemente capaz.
  • El miedo a ponerse nervioso de forma que el discurso sea ininteligible y falto de lógica.
  • El miedo a cometer errores.
  • El pánico ante la respuesta de la audiencia que se sustenta en la idea de que ésta no aceptará lo que estamos transmitiendo.

Recomendaciones

  • Siéntase orgulloso de la preparación que ha hecho.

  • Practicar
  • Recanalizar el estrés, que no nos invada la sensación de estrés si no que la usemos para que nos vuelva más despiertos y agudos.
  • Controle la voz: Los ejercicios de respiración le ayudarán.
  • Conozca el entorno

  • Haga una visualización mental de su exposición o discurso en el lugar de la presentación.

 

 

Trastorno Por Estrés Postraumático

Es considerado un trastorno de ansiedad, pero recientemente fue reclasificado a una nueva categoría, los trastornos relacionados con traumas y factores de estrés.

El trastorno de estrés post-traumático (TEPT- PTSD) es un trastorno de ansiedad que se produce a partir de una experiencia traumática. El estrés post-traumático puede ser el resultado de experimentar situaciones extremas. Durante un evento traumático, sentimos que está en peligro nuestra vida o incluso la de los demás, y es posible sentir miedo o tener la sensación de que no podemos controlar lo que está sucediendo a nuestro alrededor. La mayoría de nosotros ha experimentado reacciones asociadas con el estrés con posterioridad a un evento traumático.

Por ejemplo:

  • Exposición a una guerra
  • Abuso infantil, ya sea sexual o físico
  • Ataque terrorista
  • Violación o abuso físico
  • Accidentes graves, tales como un accidente de tránsito
  • Desastres naturales, como por ejemplo un incendio, tornado, huracán, inundación o sismo
  • También puede resultar por una exposición prolongada en el tiempo a un estrés crónico, como por ejemplo los soldados que soportan batallas individuales, pero no pueden hacer frente al combate continuo.

La mayoría de las personas que experimentan una situación traumática presentan síntomas al principio, pero solo algunas de ellas desarrollarán el trastorno de estrés postraumático a medida que pasa el tiempo. Aún no queda claro el motivo por el cual algunos lo desarrollan y otros no.

Las posibilidades de desarrollar este tipo de trastorno dependen de muchos factores:

  • La intensidad o duración del trauma;
  • Si resultó herido o perdió a alguien importante en su vida;
  • La proximidad con el evento;
  • La intensidad de su reacción;
  • El grado de control que usted sintió sobre lo sucedido;
  • El grado de ayuda y apoyo que recibió con posterioridad al evento.

Por lo general se manifiestan poco después del evento traumático, pero podrían no hacerlo hasta pasados algunos meses o años, e incluso aparecer y desaparecer de forma intermitente durante muchos años. Si los síntomas se prolongan durante más de 4 semanas y le provocan una gran angustia o interfieren con su vida laboral o personal

Los síntomas comunes incluyen:

  • Hipervigilancia,
  • Escenas retrospectivas rememorando el acontecimiento traumático (flashbacks),
  • Conductas de evitación,
  • Ansiedad,
  • Ira
  • Depresión

Hay una serie de tratamientos que constituyen la base del plan de atención para las personas que sufren trastorno de estrés postraumático. Estos tratamientos incluyen varias formas de psicoterapia, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), terapias grupales y el apoyo de familiares y amigos.El establecimiento de una relación adecuada entre el paciente y el especialista que les permita trabajar juntos de manera eficiente. Normalmente, las primeras intervenciones van encaminadas a reducir los síntomas de ansiedad y la incapacitación que producen. Posteriormente se analizan y tratan los factores que originan y/o mantienen la ansiedad y otras alteraciones que puedan acompañarla.

  • Entrenamiento en relajación: respiración diafragmática lenta y relajación muscular progresiva.
  • Exposición controlada y progresiva a situaciones temidas, normalmente de forma imaginaria. La exposición en un primer momento activa el miedo presente en los recuerdos traumáticos, después permite al paciente tener una experiencia correctora en ausencia de consecuencias aversivas.
  • Técnicas cognitivas: reestructuración interpretaciones catastróficas,control pensamientos automáticos, manejo de la culpabilidad, sobreestimación de la probabilidad de ocurrencia de un hecho negativo.
  • Optimización de los apoyos sociales y afectivos. Comunicación de los hechos y vivencias traumáticas.
  • Desarrollo de habilidades de afrontamiento para situaciones específicas.
  • Grupos de ayuda mútua y/o materiales de autoayuda, como complemento de la terapia.

 

Por. Y. Brito/ Psicologa

Psiconatural

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