Nos encontramos atravesando por situaciones de crisis mundial, los seres humanos se hallan en una encrucijada, muchos buscando la manera de sobrevivir y proteger a su descendencia. Mientras algunos se sienten con las manos atadas, otros se han enajenado como mecanismo de defensa para no continuar en el desespero.
Desde los inicios de la vida fuimos creados y preparados con mecanismos para subsistir, para buscar los alimentos, para criar y proteger la especie y para sobrellevar cualquier tempestad. A medida que fuimos creciendo y evolucionando nos contaminamos con creencias y miedos colectivos, fomentado por los grandes imperios y las sociedades de poder. Todo esto comenzó a crear miedo, debilitando al ser humano, creándole inseguridades y una necesidad de dependencia; un apego a lo material, esa necesidad de tener y no perder. Ocasionando que los mecanismos de defensa que nos proveyó la naturaleza fueron pasando a un segundo plano, y algo normal como el estrés fue tomando otro curso, ya no es visto como una fuente primordial de defensa y subsistencia, el estrés se ha vuelto negativo y uno de los monstruos de la humanidad. Hemos perdido nuestro equilibrio, quebrantando nuestra estabilidad, nuestro sentido de pertenencia y nuestras habilidades de protección.
Vivimos automatizados, aceptando atropellos, el día se ha vuelto una pesadilla y la noche una antesala a pensamientos destructivos ante otro día que se avecina. Nos hemos olvidado de vivir, de disfrutar, de respirar y de creer.
Nos han desconectado haciéndonos creer que necesitamos tener mucho y que vivir por vivir es muy poco. Nos han desconectado de la realidad natural de que todo pasa y si crees y esperas todo llegara según su curso.
Hemos perdido el sentido de pertenecía de nuestra propia vida, hemos dejado de amar y amarnos, de soñar.
Hemos empeñado nuestro tiempo y subastado la tranquilidad, el gobierno y los grandes imperios te han hecho creer que les debes y que necesitas de ellos. Les has vendido tus sueños y tus esperanzas por par de billetes.
Muchos ante ese debacle han abandonado sus tierras y hasta su familia en búsqueda de su bienestar, otros lamentablemente por el desespero toman la decisión de atentar contra su vida.
Un resurgir es posible, solo hay que dejar de temer al cambio, hay que volver a conectar con tu esencia y salir de la zona de confort. Debemos evolucionar, un cambio de conciencia es posible si cortamos con toda creencia y miedos colectivos. Debemos cortar los apegos materiales y eliminar el pensamiento de necesidad. Poseemos las herramientas naturales para sobrevivir, solo debemos esperar y fluir con el día a día, enfocarnos en el momento presente e ir creando nuestro futuro con esperanza y positivismo.
Tu reto más grande es lograr un cambio interno, individual para trascender y que el mundo vibre contigo. Los gobiernos quieren que su pueblo sienta que necesitan y que no hay salida, pero no es así; debes levantarte, resurgir, lograr cambios positivos, vivir el momento presente, con agradecimiento y esperanza. Todo es parte de tu aprendizaje, Tu eres el creador de tus días la manera en que pienses y vivas determinará cuan fuerte eres emocionalmente y lograras la libertad.
Y.Brito/Psicóloga