-
Cuando te detuviste y me escuchaste, Att. La Ansiedad
Esa tarde, estabas como de costumbre bajo el ajoro del día, rodeada de libros, preocupaciones y pensamientos; no te dabas cuenta, iba tocando la puerta, te susurraba al oído, te preguntaba. ¿Porqué tanto ajoro?, Fui acercándome, te pedí que té detuvieras. Escúchame, pero aún así continuaste. Nuevamente llegó la noche, me ignoraste, y te hable un poco más fuerte. Despertaron las taquicardias, sudoración y sentiste miedo. Pensé, ¡ ahora si me va escuchar!, pero no fue así. Colocaste tus audífonos y te acostaste. Pasaron los días, los meses y te fui hablando un poco más fuerte; mientras estudiabas, trabajabas y mientras conducías tu auto. Poco a poco me fuiste escuchando,…